(Foto: Deutsche Welle)

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Desde el terremoto del 1° de abril, Chile ha sido sacudido por miles de réplicas. El experto alemán Bernd Schurr explica por qué es probable que aún se produzcan más sismos y si se podría tratar de un megaterremoto.

Cuando la tierra tiembla bajo nuestros pies, se hace palpable la fragilidad del ser humano ante las fuerzas incontrolables de la naturaleza. En solo pocos minutos, los terremotos desatan una energía devastadora que deja atrás un campo de escombros. Pero un sismo pocas veces viene solo: la fricción de las placas tectónicas y la consequente actividad sísmica a menudo también provocan tsunamis y a veces hasta erupciones de volcanes.

Muchos países latinoamericanos frecuentemente son sacudidos por terremotos. En las últimas tres semanas, tanto Chile como Nicaragua se vieron afectados por fuertes sismos. El primero de abril de 2014, Chile sufrió un terremoto de magnitud 8,1 en la escala de Richter. Seis personas murieron y un millón tuvieron que ser evacuadas. Desde entonces ha habido varias miles de réplicas de mayor y menor grado, la mayor de una magnitud de 7,6.

Un observatorio sismológico alemán en Chile

En el 2006, el Instituto Alemán de Investigación de Geociencias (GFZ, por sus siglas en alemán), con sede en Potsdam, inauguró un observatorio sismológico en Chile. En aquel año, los científicos alemanes instalaron los primeros instrumentos de medición en el país sudamericano. El Centro Chileno de Observación de Placas Tectónicas (IPOC, por sus siglas en inglés) está compuesto por una red de instituciones científicas europeas y estadounidenses.

Bernd Schurr, coordinador técnico del IPOC, explica a DW que en el caso de Chile la placa oceánica de Nazca se hunde debajo de la placa continental sudamericana. En la zona de contacto, existe fricción y una zona de resistencia en la que se acumula energía. Como consecuencia, cuando es vencida la resistencia, la energía desatada provoca terremotos.

Científicos esperan más terremotos

Según el experto, cada 100 a 150 años se rompen segmentos tectónicos de varios cientos de kilómetros de largo: “En los últimos cien años, a lo largo de la costa chilena todos los segmentos tectónicos se rompieron como mínimo una vez, dando lugar a fuertes sismos de una magnitud de entre 8 y 9. Eso se dio en toda la costa, excepto en el norte del país, aproximadamente entre la frontera con Perú y la ciudad portuaria de Antofagasta. Allí el último gran sismo tuvo lugar en 1877, hace casi 150 años, por lo que creemos que, en esa región, es muy probable que se origine un fuerte terremoto”.

En el sismo más reciente, el primero de abril, la brecha de la placa tectónica que quedaba sin romperse, no se rompió por completo, sino solo una parte de esta. Por ello, los científicos alemanes de Potsdam aún esperan otros terremotos de una magnitud mayor a los 8 grados.

Entre tsunamis y erupciones volcánicas

Bernd Schurr cuenta que sus colegas en Chile han instalado sismómetros adicionales al norte y al sur de la zona de ruptura para registrar mejor la serie de réplicas. Asimismo, han instalado instrumentos de medición en dos volcanes, Láscar y Putana, para investigar si, a través del sismo en Iquique, se dispara su actividad volcánica.

Especialmente en Chile también existe la amenaza de tsunamis. El experto alemán señala que la fuerza destructiva de un maremoto depende de los mecanismos de los sismos y dónde exactamente a lo largo de la zona de subducción tienen lugar. A partir de una intensidad de 7 grados, los tsunamis se pueden medir. Sin embargo, esto no significa que también representen necesariamente un peligro para la población.

(Fuente: Deutsche Welle )

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