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Una expedición realizada a 30 millas de Cádiz (sur) recuperó un cañón de bronce y once piezas más del barco Nuestra Señora de las Mercedes, hundido el 5 de octubre de 1804, informó este miercoles el ministro español de Educación y Cultura, Íñigo Méndez de Vigo.
Los objetos recuperados fueron elegidos por el peligro de su desaparición y porque permitirán documentar aspectos de la vida a bordo de la fragata, hundida a 1.136 metros de profundidad.
No quedan restos de madera de la embarcación, pero sí se descubrieron 21 cañones de hierro muy oxidados, 148 de los 800 lingotes de estaño, dos culebrinas (antigua pieza de artillería) y tres anclas, entre otros objetos.
La expedición, que comenzó el pasado día 18, depositó en el lugar una placa de bronce en recuerdo de las víctimas de aquella batalla en la que fallecieron 249 marineros.
El ministro afirmó que esta expedición ha sido pionera técnicamente y su éxito podrá servir para iniciar otras misiones para encontrar pecios que no hayan sido expoliados como fue este caso por la empresa estadounidense de cazatesoros Odyssey.
Esta compañía descubrió el pecio en 2007, y extrajo gran parte de su tesoro, sin embargo, las autoridades españolas la demandaron en Estados Unidos para defender la propiedad de lo expoliado al considerar que se trataba de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes.
En 2009, el tribunal estadounidense de Tampa, encargado del caso, dictaminó que los objetos debían ser devueltos a España, al considerar que el pecio pertenecía sin duda a esa fragata española, que zarpó del entonces virreinato del Perú y fue hundida el 5 de octubre de 1804 frente a las costas del Algarve (Portugal) por barcos ingleses.
El tesoro, formado por más de 500.000 monedas de oro y plata, algunos tejidos, fragmentos metálicos y balas de cañón, llegó a España en 2012.
Preguntado el ministro por la posibilidad de llevar a juicio a esa empresa por los daños al pecio, dijo que había que ser cauto, pero que pondría el asunto en manos del ministro de Justicia.
Uno de los daños documentados ha sido el empleo por Odyssey de grandes palas de hierro con las que barrieron el suelo marino para arrastrar todas las monedas que expoliaron de su fondo.
Un equipo de científicos integrado por personal del museo nacional de arqueología subacuática (Arqua), del Instituto Español de Oceanografía y del museo naval de la Armada, así como expertos en el manejo de un R.O.V. (vehículo submarino por control remoto) y en filmación participaron en esta expedición abordo del buque “Ángeles Alvariño”.
Se ha realizado un mapa oceanográfico (batimétrico) y otro arqueológico con el posicionamiento de todas las piezas encontradas que han sido dejadas allí, mientras que otras se han traído para documentar aspectos de la vida a bordo de la fragata, como una maja de almirez de oro, una palmatoria de plata y cubertería.
Según el Ministerio español de Educación y Cultura, es la primera excavación subacuática a más de 1.100 metros de profundidad realizada por un Estado miembro de la Unión Europea.
Durante cinco días el robot submarino Liropus 2000, recorrió los más de mil metros de profundidad para poder observar objetos que en su mayoría no han aguantado los 211 años, con un estado de oxidación y corrosión que haría inviable su restauración, aunque no es el caso del cañón de bronce rescatado.
(Fuente: EFE)