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“Después de lo que hemos vivido en Ucrania, la defensa territorial tendrá, sin duda, un papel más relevante en el futuro”, dijo Fogh Rasmussen al periódico Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, el 4/5/2014. Y añadió que la anexión de Crimea por parte de Rusia era un punto de inflexión en política de seguridad comparable con la caída del Muro de Berlín, o con los atentados del 11/9/2001 en Nueva York. “Debemos reaccionar. No podemos seguir como hasta ahora”, dijo Rasmussen, y su respuesta a los hechos es el rearme.
De hecho, hasta el momento, muchos países europeos redujeron su carrera armamentística desde el fin de la Guerra Fría. Alemania, por ejemplo, gastó en 1990 un 2,8 por ciento de su PIB en defensa. Ahora sólo gasta un 1,3 por ciento. La OTAN recomienda un gasto del 2,0 por ciento, pero casi ningún país de la alianza cumple con ese objetivo. Rusia, por el contrario, aumentó significativamente sus gastos militares y está invirtiendo nuevamente en renovar su equipamiento. Hasta el 2020, Rusia planea invertir 600.000 millones de euros en nuevo armamento, estima Alexander S. Neu, político del partido alemán La Izquierda y miembro del Comité de Defensa del Parlamento alemán.
Rusia, antiguo y nuevo enemigo
Alexander S. Neu duda, sin embargo, que Rusia pueda lograr obtener esa gran suma de dinero, y opina que la supuesta amenaza que representa Rusia para Europa es exagerada.
“No hay ningún país de la OTAN que esté en peligro”, dijo Neu en conversación con Deutsche Welle. “Es una histeria provocada, que se utiliza para que la imagen de la OTAN se reivindique a los ojos de la opinión pública”, opina el experto. Dado que la alianza perdió la antigua imagen del enemigo, ahora Rusia tomaría ese lugar.
El gobierno alemán tampoco respalda el llamado de Rasmussen a que la OTAN se rearme. La ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, dijo recientemente que la prioridad en Europa está en ampliar la estabilidad económica que acaba de recuperar.
El experto en seguridad Christian Mölling, de la Fundación Ciencia y Política, de Berlín, piensa que esa posición es compartida por países como España, Italia o Francia: “Esos países luchan contra un tipo totalmente diferente de enemigo, es decir, contra los problemas en sus sistemas sociales y fiscales. Y eso es mucho más importante que el hecho de gastar más o menos dinero en armamento y equipamiento militar”. La ministra von der Leyen, por su parte, opina que ahora lo importante “no es aumentar el gasto en defensa. La OTAN es fuerte y eso Rusia también lo sabe”.
Puntos débiles
Mölling cree, asimismo, que “en la OTAN, solo los europeos superan ampliamente a los rusos”, y eso se aplica tanto al número de soldados como al tamaño de las flotillas de tanques y de otro tipo de equipamiento. “También en cuanto a calidad, la OTAN supera a Rusia”, añade. Por lo cual ese organismo internacional no debería preocuparse demasiado.
Si bien la OTAN posee algunos puntos flacos, éstos no surgieron con la crisis de Crimea. La alianza debería invertir grandes sumas en equipos de reconocimiento de drones y satélites, así como en logística, por ejemplo, para el transporte de aviones. “Tenemos que gastar dinero en esas cosas, pero eso no es nada nuevo”, dice Mölling, y recomienda llevar a cabo esas adquisiciones en forma conjunta. Si se organizaran entre los diferentes países, se podría ahorrar hasta un 30 por ciento de los costos.
Sin embargo, ese tipo de cooperaciones no son fáciles de llevar a cabo, como demuestran las ya existentes, por ejemplo, las concernientes al avión caza Eurofighter. Según los expertos, también se podrían aminorar costos si ciertos países asumieran la responsabilidad sobre determinadas tareas de defensa. Por ejemplo, si Gran Bretaña pusiera a disposición su Marina, y Alemania se ocupara del transporte y la logística. Un escenario de ese tipo, conlleva, sin embargo, el peligro de que algunos países se vean obligados a participar en misiones militares si así lo decide la mayoría. En Alemania, esa decisión ya dejaría de someterse a la votación en el Parlamento, que es decisiva en este país.
Dosis “homeopáticas”
Los expertos coinciden en que la crisis de Ucrania no provocará un rearme de la OTAN, tal como lo solicitó el secretario general de esa organización. Christian Mölling aconseja que, de rearmarse, la OTAN lo haga “en dosis homeopáticas y en las áreas adecuadas”. Pero ya no hablamos de cientos de miles de millones de euros, como lo sueña Rasmussen. Mölling cree que las declaraciones de Rasmussen son una especie de estrategia retórica al final de su ciclo en la OTAN. En el otoño boreal, un nuevo secretario general lo sucederá en el cargo.
(Fuente: Deutsche Welle )