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Israel baraja la opción de invadir la franja mientras la comunidad internacional le pide contención. Las consecuencias serían impredecibles: “Es fácil entrar en Gaza, pero difícil volver a salir”, se advierte en el país.
Ya por segunda vez en el día suenan las sirenas en Tel Aviv. Sobresaltada, la gente corre a los refugios o se oculta debajo de escaleras a la espera de un nuevo ataque con cohetes desde la Franja de Gaza. Poco después, se escuchan sordas explosiones en el centro de la ciudad. La defensa antiaérea volvió a interceptar los proyectiles en el aire. Pero preocupan las informaciones sobre la caída de dos cohetes en el recinto de la ciudad.
En Israel hay vacaciones de verano (boreal). En el momento de las primeras sirenas por la mañana muchos padres estaban de camino a las colonias de vacaciones con sus hijos. Otros habitantes de la costera Tel Aviv fueron despertados por el agudo sonido.
Los ataques con cohetes de los milicianos palestinos desde la Franja de Gaza alcanzan esta vez una dimensión completamente nueva. Cada vez más ciudades en Israel se convierten en blanco de los lanzamientos desde la franja costera aislada. Los extremistas incluso apuntan ya también al reactor nuclear en Dimona.
“Todo Israel está amenazado”
La organización radical islámica Hamas puede alcanzar con cohetes como los M-302 sirios la ciudad costera de Haifa en el norte y presumiblemente también la ciudad costera de Eilat, junto al Mar Rojo, dijo el portavoz militar Peter Lerner. “Todo Israel está amenazado”, añadió. Según datos del Ejército, los cohetes ya suponen una amenaza para cinco millones de un total de ocho millones de habitantes.
Aún no hubo víctimas entre los israelíes. La cifra de los palestinos muertos en los masivos ataques aéreos israelíes contra la Franja de Gaza, en tanto, aumenta dramáticamente. Y entre ellos, hay muchos civiles. Pero los ataques contra Israel continúan de todas maneras. Por eso, Israel se prepara para ampliar su operación contra Hamás y para el posible envío de tropas terrestres a territorio palestino. Ya fueron convocados 20.000 reservistas, la mitad del contingente autorizado por el gobierno.
Ofensiva terrestre: “la última opción”
Lerner destaca que la ofensiva terrestre sería “la última opción” para Israel. “Hay que planificar bien el momento y la manera”, dijo. “Aún estamos analizando los pros y los contras”.
Un militar que prefirió guardar el anonimato dijo al portal de noticias “ynet”: “La decisión sobre el momento preciso de la ofensiva se tomará en dos o tres días”.
Israel ya tuvo malas experiencias en la Franja de Gaza y por eso duda aún si enviar o no soldados por vía terrestre a la poblada zona palestina. Pero muchos militares opinan que esa es la única manera de detener el lanzamiento de cohetes contra Israel. Las posibilidades de los ataques aéreos se agotarán pronto, consideran.
En el caso de una ofensiva terrestre en la zona, Israel se arriesgaría a sufrir bajas en sus propias filas. Y a eso la población suele reaccionar con bastante sensibilidad. Entonces la opinión pública podría ponerse en contra del gobierno de derecha de Benyamin Netanyahu. “Es fácil entrar en Gaza, pero difícil volver a salir”, se advierte reiteradamente en Israel.
¿Sería efectiva una operación terrestre?
Por otra parte, según la mayoría de los comentaristas, Israel no aspira a una reconquista permanente de la Franja de Gaza, a pesar de que algunos ministros derechistas reclaman exactamente eso. La única meta clara es restablecer la calma.
“Durante esta operación debemos asestar un duro golpe a la infraestructura militar de Hamas, a la capacidad de fabricar cohetes y a los túneles”, dijo el ministro del Servicio Secreto, Juval Steinitz.
“Debemos asumir temporalmente el control de Gaza, durante algunas semanas, para congelar el proceso de fortalecimiento de Hamás y la creación de un ejército terrorista”, agregó.
Cuantas más víctimas hay entre los civiles en la zona densamente poblada, en la que los “golpes quirúrgicos” contra los extremistas a los que aspira el ejército son prácticamente imposibles, más aumentan las críticas hacia Israel a nivel internacional.
Por otra parte, en el Estado israelí nadie se hace ilusiones sobre la posibilidad de que una ofensiva terrestre a la larga consiga la paz. Mientras no haya un acuerdo de paz en Cercano Oriente, la meta de estas acciones militares sólo es conseguir calma por algunos meses, quizá años. Este recorte periódico de poder de Hamás es descrito en Israel, algo cínicamente, como “cortar el césped”.
(Fuente: Deutsche Welle )