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Ariel Castro, el sujeto de 53 años que se declaró culpable de secuestrar y violar a tres mujeres en su residencia en Cleveland (Ohio), fue sentenciado hoy a cadena perpetúa sin posibilidad de libertad condicional.
El cargo más grave imputado a Castro fue el de homicidio agravado, por golpear a una de las mujeres en cautiverio para que abortara. El 26 de julio, el exconductor de autobús aceptó un acuerdo con la fiscalía para evitar la pena de muerte.
Las tres víctimas, Michelle Knight, Amanda Berry y Gina DeJesús recuperaron la libertad en mayo de este año.
“Yo pase 11 años de mi vida en el infierno. Ahora tu infierno solo comienza. Te enfrentarás al infierno por toda la eternidad”, dijo Knight, la única de las mujeres que asistió a la audiencia, según BBC News.
Al dictar su sentencia, el juez Michael Russo dijo a Castro que “no hay un lugar en este mundo para aquellos que esclavizan a otros”.
Castro también hizo una declaración, donde culpó de sus crímenes a su adicción a la pornografía, su exesposa y al FBI por no investigar bien los secuestros. Pidió perdón a las familias de sus víctimas y negó ser un monstruo, como lo calificaron sus hermanos en una entrevista a CNN. “Soy una persona feliz por dentro”, aseguró.
