(Video: Canal N)

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En un sorpresivo acto que demuestra su gran corazón, el papa Francisco pidió detener su vehículo y bajar por unos minutos a repartir abrazos y bendiciones a varias personas de un barrio humilde de las afueras de Roma, entre ellos varios peruanos, chilenos y ecuatorianos.

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El Pontífice iba camino a una parroquia en el barrio de la clase trabajadora de Tiburtina, cuando pidió a sus ayudantes que hicieran un desvío para detenerse y visitar a la población, de la cual había oído hablar.

“Salió del vehículo y la gente se sorprendió cuando le vieron frente a sus viviendas”, dijo el párroco Aristide Sana, que se trasladó a toda prisa al lugar cuando se enteró a último minuto de la parada imprevista del papa.

Las imágenes difundidas en televisión mostraron al papa Francisco rodeado de personas que salieron de sus hogares, con los que rezó el Padre Nuestro.

“¿Cuántos de ustedes hablan español?”, dijo en tono bromista a los residentes. “Todos, todos”, respondieron emocionados los cientos de personas que compartieron con el pontífice.

En la comunidad visitada por el papa Francisco, compuesta por unas 150 personas, también vive gente procedente de Rusia, Eritrea, Ucrania y Polonia.