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En San Francisco, un barrio humilde de Cartagena de Indias, Colombia, las horas previas a la llegada del papa Francisco transcurren entre la alegría, arreglos de última hora y la expectativa por la visita del Vicario de Cristo.
Este sábado en los alrededores de la pequeña iglesia de San Francisco la música caribeña que se escucha cada fin de semana fue reemplazada por cantos de agradecimientos al obispo de Roma, que tendrá como su primera actividad en esta ciudad encontrarse con estos emocionados habitantes.
La iglesia de San Francisco, de fachada modesta y en la que predominan los colores azul y blanco, quedó perdida en medio de una tarima instalada en el parque que le precede, donde ya han sido dispuestas sillas y un espacio para recibir con música al papa Francisco.
Vecinos que hacían las veces de invitados y varios de los anfitriones reales del pontífice ensayaban cómo saludarán a Francisco, quien este domingo se encontrará en este barrio con un grupo de niñas y adolescentes beneficiadas por el programa de prevención Talitha Qum y varios lugareños.
Para los habitantes de esta comunidad, vecina a la pista del aeropuerto internacional Rafael Núñez de Cartagena, la visita de Francisco es un “milagro” que se ha materializado en el arreglo de una vía que se extiende a un costado de la iglesia, el embellecimiento de aceras, del parque y otros espacios, así como en un aumento en la seguridad.
“Esto es un milagro”, dijo a Efe Marlon Guerrero, un conductor de 45 años, a quien por momentos se le encharcaban los ojos al imaginarse cerca al sumo pontífice.
Guerrero admitió que nunca había vivido “un momento tan alegre” en su barrio, y consideró esta visita como “muy grande para la comunidad”.
Señaló que la fachada de esta zona que visitará el pontífice ha cambiado en un 90%.
“No estaba asfaltada la vía, por eso digo que es un milagro de Dios. Ya que los políticos no lo hicieron, pues la ayuda del papa fue la que nos hizo este milagro a nosotros”, agregó este trabajador, quien espera que el papa les deje mucha tranquilidad.
María Isabel de Las Aguas declaró por su parte a Efe que esta visita “es un éxito”.
“Esperamos que el papa nos deje una bendición grande, un cambio para los pandilleros, para la gente que está con el egoísmo, muchas cosas grandes”, aseguró esta ama de casa y madre de tres hijos, que nació hace 52 años en este barrio.
Mientras sonaba incesante una melodía en honor al papa, María Isabel, quien observaba desde su casa los ensayos, con cámaras y un batallón de vehículos, destacó que la calle al lado de la iglesia fue pavimentada y que el parque “lo acondicionaron más bonito”.
Por su parte, Jaime Guerrero Ortiz, de 74 años y quien trabaja como fontanero, consideró que la visita del papa es “una bendición”.
“Si no hubiera sido por él no nos hubieran pavimentado la calle”, comentó Guerrero, que ya completa 54 años viviendo en ese barrio.
Tras asegurar que “todo el mundo está contento con la venida del papa”, celebró que varios de sus vecinos han instalado neveras para vender bebidas frías a quienes se acerquen a San Francisco para saludar al papa Francisco.
“Esto es algo satisfactorio, porque voy a poder conocer al papa personalmente”, celebró Catherine Julio, quien añadió que el barrio ha cambiado y le han hecho “cosas nuevas”.
Esta joven dijo esperar que con la visita del pontífice se logre un cambio “en la forma de pensar la gente” y que en adelante ya no sea tan “egoísta”
También este sábado los feligreses de la comunidad de Nuestra Señora de La Candelaria se reunieron para trasladar hasta el Terminal de Contenedores de Cartagena (Contecar), donde el papa oficiará una misa campal ante unas 280.000 personas, las reliquias e imágenes que lo acompañarán.
Los fieles llevaron en caravana las reliquias de santa María Bernarda Bütler y de san Pedro Claver, así como la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de La Candelaria, que permanece en el Santuario de Santa Cruz de La Popa.
Francisco se despedirá mañana en Cartagena de los colombianos, después de una visita apostólica que inició el pasado miércoles y lo llevó a Bogotá, Villavicencio y Medellín.
Fuente: EFE