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El papa Francisco pidió hoy que los religiosos anuncien el Evangelio con “fraternidad y amor”, no “a bastonazos inquisitorios” para poder llegar a todo el mundo.
El Sumo Pontífice encabezó hoy una misa celebrada en la Iglesia del Jesús de Roma, en la que lo acompañaron 350 religiosos jesuitas con motivo a la próxima canonización del beato francés Pedro Fabro (1506-1546), compañero de Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús.
“Tenía el verdadero y profundo deseo de abrirse a Dios: estaba completamente centrado en Dios, y por esto quería ir, con espíritu de obediencia, a menudo también a pie, por todas partes de Europa, a dialogar con todos con dulzura y anunciar el Evangelio”, dijo Francisco sobre el beato.
En ese sentido, Francisco advirtió que hay quienes caen en la tentación de anunciar la palabra en tono recriminatorio y de condena.
“Me viene a la mente la tentación que quizá podamos tener nosotros y que muchos tienen, de conectar el anuncio del Evangelio con bastonazos inquisitorios, de condena. No, el Evangelio se anuncia con dulzura, con fraternidad, con amor”, agregó.