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No hay peor pesadilla para los padres que su hijos se metan en una situación peligrosa y se lastimen. Un estudio de la Universidad de Iowa muestra que es posible prevenir los accidentes mediante el diálogo, haciendo que los niños comprendan las razones por las que determinada circunstancia podría acabar con ellos heridos.
El estudio, que abarcó a 63 pares de madres e hijos (estos de entre 8 y 10 años), encontró que los niños y los adultos no miden de igual manera el peligro de una situación. Para el experimento, los investigadores mostraron a sus participantes fotos de niños haciendo actividades temerarias, como utilizando un hacha para cortar madera o prendiendo fósforos cerca de un barril de gasolina, entre otras. Además, mostraron otras actividades más benignas, como un niño montando una patineta o subiéndose a una cómoda.
Para el experimento, los participantes tenían que calificar separadamente el nivel de peligro de la situación en una escala de cuatro (de muy seguro a nada seguro). Los niños también tenían que calificar que tan aterrados se sentirían realizando esa actividad.
Posteriormente, padres y niños tenían que llegar a un acuerdo sobre la calificación de peligro de cada actividad. En un tercio de los casos, niños y madres dieron opiniones diferentes en la evaluación.
Sin embargo, a pesar del desacuerdo inicial, en el 80% de casos la madre podía convencer a su hijo que ella tenía la razón. En esto, los investigadores resaltaron que la forma en que se habla a los niños es importante para convencerlos.
“Decirle a tu hijo ‘No hagas eso’, ‘Detente’ o ‘Ten cuidado’ no funciona”, indicó la coautora del estudio Jodie Plumert. “No está mal decirlo, pero el siguiente paso es dar la razón. No debes asumir que tu hijo conoce porqué algo no debe hacerse, incluso si a ti te parece obvio.”
Una táctica particularmente efectiva de los padres era señalar los elementos peligrosos de la situación y explicar cómo estos podrían causar que el niño quede herido. Según ScienceDaily, contra las expectativas de los investigadores, los padres se enfocaban más en la situación actual que en sus consecuencias.
El estudio también nota que hay algunos niños que son más proclives a tomar más riesgos y salir heridos sin importar la situación. Destacaron que entre ellos es más importante el diálogo con los padres.