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Hace exactamente 100 días, en la noche del 14 al 15 de abril de 2014, varios camiones se estacionaron frente a la escuela secundaria Government Secondary School, en Chibok, en el estado nigeriano de Borno. Miembros de la secta terrorista Boko Haram ingresaron al establecimiento llevándose prisioneras a 300 alumnas de entre 12 y 18 años, de las cuales no se sabe nada hasta el día de hoy.
“Desde ese día sufro y todo me da igual, no me importaría ni siquiera morir”, dijo la madre de una de las muchachas a Deutsche Welle.
En mayo, el teniente general del Ejército nigeriano, Alex Badeh, dijo en rueda de prensa que esa fuerza sabía dónde estaban las escolares, pero no dio detalles al respecto. Al principio, el Ejército supuso que habían sido trasladas a Camerún, pero entretanto hay indicios de que se las mantiene ocultas en Sambisa, una zona boscosa en el noreste de Nigeria.
A pesar de esos indicios, no se hace nada para rescatarlas, dice Jibo Ibrahim, activista de la ciudad de Abuya, la capital nigeriana. “El gobierno dice que no quiere emplear la violencia para no matar a las jovencitas al intentar rescatarlas. Pero entonces, si un ataque militar no es la solución, se debería buscar el diálogo con esa gente”, critica Ibrahim refiriéndose a Boko Haram. “¿O acaso el gobierno piensa que las chicas pueden seguir viviendo bajo esas condiciones por tiempo indeterminado?”, agrega.
#BringBackOurGirls
A dos semanas del secuestro de las muchachas, una ola de indignación llenó las redes sociales de varios países del mundo con la campaña #BringBackOurGirls, a la que se unieron figuras como Michelle Obama y la joven activista pakistaní Malala Yousafzai, que sobrevivió a un ataque de los talibanes. Miles de personas se manifestaron también en la capital de Nigeria y en Kano, la ciudad más importante del norte de ese país, de mayoría musulmana.
“La verdad es que los padres de las niñas recibieron más apoyo de otros países que del gobierno de Nigeria”, escribió Oby Ezekwesili, exministra de Educación de Nigeria y líder de la campaña en Twitter. “Eso tiene que cambiar”, detalló.
Sus críticas llegan en el momento justo, ya que, por primera vez después del secuestro, el presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, se reunió el martes (22.7.2014) con los familiares de las chicas desaparecidas. Un encuentro que fue anunciado varias veces, pero siempre fue postergado.
“Estoy muy contento con esta reunión”, dijo el padre de una de las muchachas secuestradas.
“El presidente Goodluck Jonathan nos recibió en su oficina y nos dijo que haría todo lo posible para traer de regreso a nuestras niñas”. Goodluck recibió a 177 familiares y a 57 muchachas rescatadas de manos de los islamistas en Abuya, en un encuentro a puertas cerradas.
“El Ejército es impotente ante Boko Haram”
Los familiares de las jóvenes están muy decepcionados, y tanto oganizaciones no gubernamentales como la oposición y hasta las mismas filas de su partido critican el manejo de la situación por parte del gobierno.
A pesar de una operación militar de grandes dimensiones y de declarar el estado de excepción en tres estados norteños de Nigeria, los secuestros y ataques de Boko Haram siguen a la orden del día. Recientemente, un capacitador alemán fue secuestrado en la ciudad de Gombi, y el intento de liberarlo de las fuerzas de seguridad no tuvo éxito.
“El Ejército es impotente ante Boko Haram”, dijo el exmilitar Abubakar Dangiwa Umar a Deutsche Welle, “debido a la falta de armas y también por la falta de motivación”.
Otro factor que hace que la confianza de la gente en el Ejército se esfume es que, hace poco, medios locales informaron que generales del Ejército proveían de armas e información a la secta terrorista, algo que esa fuerza se encargó de desmentir.
¿Diálogo con Boko Haram?
Muchos piden en Nigeria que se llegue a un diálogo con Boko Haram. “Ni la fuerzas extranjeras ni el Ejército nigeriano tienen la respuesta. En mi opinión, el diálogo es ahora el único camino que queda”, dice Umar.
Pero el gobierno no está dispuesto a dialogar con los terroristas y menos luego de haber visto el último video del líder de Boko Haram, Abubakar Shakau, en el que pide que se libere a miembros de esa organización a cambio de dejar en libertad a las escolares, una condición con la que Goodluck Jonathan nunca estuvo de acuerdo.
La incapacidad del gobierno de rescatar a las jovencitas ya provocó una crisis de gobierno. Mientras tanto, Boko Haram atacó a otra ciudad en el noreste de Nigeria. Representantes de los equipos de rescate informaron que unas 15.000 personas huyeron de la ciudad de Damboa.
(Fuente: Deutsche Welle )