Formalmente, Neonegacionismo es un sustantivo válido, construido sobre la base del término “negacionismo”. (Foto: EFE/Javier Lizón)

Formalmente, Neonegacionismo es un sustantivo válido, construido sobre la base del término “negacionismo”. (Foto: EFE/Javier Lizón)

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Neonegacionismo es un término válido formado por el prefijo “neo-”, ‘nuevo’, y el sustantivo “negacionismo”, señala la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y BBVA.

En la prensa, en las noticias relacionadas con el cambio climático, se está empezando a emplear la voz Neonegacionismo para aludir a una nueva actitud que no niega la existencia del problema como hacía el negacionismo clásico, pero que en la práctica no trabaja para combatirlo. Así podemos encontrarlo en ejemplos como “Tras la oleada de conciencia colectiva surgida del Acuerdo de París, el neonegacionismo toma nuevas formas a la hora de retrasar la puesta en marcha de lo acordado hace solo cuatro años” o “¿Estamos a salvo del neonegacionismo climático?”.

Formalmente, Neonegacionismo es un sustantivo válido, construido sobre la base del término “negacionismo”, que alude a las doctrinas que rechazan algún hecho importante que está generalmente aceptado, en especial hechos históricos o evidencias avaladas por la ciencia o por los datos, y el prefijo “neo-”, que significa ‘nuevo’.

En cuanto a su significado, viene a aludir a una nueva fase respecto del negacionismo clásico. Si este negaba, primero, la existencia del cambio climático, luego no negaba su existencia, pero lo atribuía a causas naturales y no a la acción humana y, finalmente admitía el problema, pero aducía que la humanidad era incapaz de solucionarlo, el Neonegacionismo admite el problema, pero en la práctica no hace nada por solucionarlo o retrasa todo lo posible la toma de decisiones al respecto. Una especie de inacción que no puede negar los datos ante su evidencia, pero que no da un paso por intentar solucionarlos.

Adecuada desde el punto de vista formal y semántico, su empleo en los ejemplos anteriores es plenamente válido. Nada impide, además, que este neologismo se emplee en otros contextos en los que ya se venía usando “negacionismo”, como, por ejemplo, la violencia de género, y que forme derivados como “neonegacionista”, en paralelo al también válido “negacionista”.

La Fundéu BBVA (www.fundeu.es), que trabaja asesorada por la Real Academia Española y cuyo principal objetivo es el buen uso del español en los medios de comunicación, cuenta con la colaboración, además, del Instituto Cervantes, la Fundación San Millán, Accenture y Prodigioso Volcán.

Fuente: EFE