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Los equipos de rescate continuaron durante la madrugada del sábado la búsqueda de sobrevivientes y cadáveres de los fallecidos en medio de los escombros que dejó la explosión de un edificio de la sede central de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), accidente cuyo saldo preliminar es 33 muertos y más de 120 heridos.

Del total de lesionados, 46 permanecen hospitalizados, 12 de ellos reportados como graves, según el más reciente balance de la Secretaría de Salud. En el lugar de la explosión también trabajan expertos en explosivos y derrumbes para dar con el origen de la deflagración.

El Gobierno “está determinado a encontrar la verdad de los hechos sea cual sea… si se trata de un accidente, si se trata de un incidente, si se trata de un atentado, la que sea”, sostuvo el fiscal Murillo Karam, encargado de este proceso.

En tanto, el papa Benedicto XVI expresó en un telegrama dirigido al arzobispo primado de México, Tarcisio Bertone, que está “vivamente apenado” por el hecho ocurrido el jueves. El pontífice expresó su “cercanía” con las víctimas de la explosión.