Síguenos en Facebook
Una avalancha de compromisos y anuncios jalonó hoy la cumbre Un Planeta convocada por el presidente francés, Emmanuel Macron, para dar nuevos bríos a una lucha contra el cambio climático y por el medio ambiente que por ahora no da los efectos esperados.
Dos años justos después del histórico Acuerdo de París, en el que 195 países se comprometieron a que el aumento de la temperatura global a finales de siglo no supere los dos grados, y si es posible los 1,5, Macron abrió la cumbre con una lúgubre sentencia: “Estamos perdiendo la batalla”.
Erigido en agitador de una causa de la que el presidente de USA, Donald Trump, ha abdicado al salir del pacto global por el medio ambiente, Macron quiso que su aldabonazo sirviese como un toque de atención.
Y por eso la conferencia de París centró sus esfuerzos en uno de los pilares de la lucha contra el calentamiento, la financiación, que será la que al final decida si la economía verde se convierte en una realidad o se queda sólo en un eslogan.
Entre los anuncios más llamativos del día – y más destacados por las ONG medioambientales – figuró la decisión del Banco Mundial, coorganizador de la cumbre junto a la ONU, de dejar de financiar proyectos de prospección y extracción de gas y petróleo después de 2019.
En la actualidad, estas actividades suponen en torno al 2% de su cartera de préstamos y garantías financieras.
A ese compromiso se añadieron otros, como el de la Unión Europea, que movilizará 9.000 millones de euros suplementarios de aquí a 2020 en su plan de inversión dirigido a África y a sus países vecinos para invertirlos en ciudades, energía y agricultura sostenibles.
Precisamente las grandes ciudades tuvieron una presencia destacada en la conferencia, con varios anuncios espoleados por el millonario exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg y la actual regidora parisina, Anne Hidalgo.
En concreto, el Banco Mundial invertirá 4.500 millones de dólares (unos 3.800 millones de euros) en 150 ciudades que tengan “programas agresivos de acción climática”.
En el sector privado – que todavía se muestra renuente a sumarse a los compromisos – llamó especialmente la atención el anuncio de la aseguradora francesa Axa de que dejará de asegurar la extracción de petróleo de arenas bituminosas y de que venderá 2.400 millones de euros en inversiones en carbón.
Las ONG recibieron con cautela los avances prometidos en la cumbre, que consideraron “positivos pero insuficientes”.
La Coalición de Acción por el Clima (que agrupa a las principales organizaciones medioambientales) recordó que 2017 va camino de convertirse en el año récord en emisiones globales de CO2, después de tres años de estancamiento, y que también estará entre los cinco más calurosos desde hace un siglo y medio.
“Pese a estas señales de alerta, muchos gobiernos e instituciones privadas y multilaterales financian los combustibles fósiles por cientos de miles de millones de dólares anualmente. Esto menoscaba el Acuerdo de París y es una absoluta pérdida de tiempo y dinero que no podemos permitirnos”, señaló la alianza en un comunicado.
Una cifra planea ominosa sobre todos los debates: los 100.000 millones de dólares anuales que deberán movilizarse de aquí a 2020 en beneficio de los países en desarrollo.
Ese objetivo todavía parece lejos, a juicio de los presentes hoy, como el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien consideró que “el cambio climático se está moviendo mucho más rápido que nosotros”.
Pese a todo, Macron cerró la conferencia con un mensaje de esperanza – “hoy hemos empezado a recuperar un poco el retraso sobre el terreno” – y realizó un llamamiento a convertir la cita de hoy en una reunión anual en la que se haga el seguimiento de los avances y los retrocesos.
Fuente: EFE