La polución de ozono continúa siendo un importante problema medioambiental en Europa.  (Foto: Getty Images) | Referencial

La polución de ozono continúa siendo un importante problema medioambiental en Europa. (Foto: Getty Images) | Referencial

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La posibilidad de que se de un calentamiento global de 3 grados centígrados, frente a las condiciones preindustriales a mediados de siglo, podría hacer peligrar los esfuerzos por reducir las emisiones de ozono en Europa, según un estudio divulgado hoy por la revista Nature Communications.

El artículo subraya que la polución de ozono continúa siendo un importante problema medioambiental en este continente, si bien se espera que implementando la actual legislación sobre calidad de aire se logren reducciones considerables de estas emisiones.

Audrey Fortems-Cheiney y un grupo de expertos del Instituo francés Institut Pierre Simon Laplace emplearon un modelo de transporte químico para examinar el efecto de alcanzar 2 o 3 grados centígrados de calentamiento – niveles relativos a condiciones preindustriales – bajo diferentes escenarios con diferentes atenuantes en concentraciones de ozono en Europa.

Observaron así que en un escenario específico sin atenuantes en las emisiones de gas invernadero, donde se alcanzaban los 3 grados centígrados en algún momento entre 2040 y 2069, los niveles de ozono eran un 8 % más elevados, frente a otro ámbito con atenuantes moderados y donde se llegaba a 2 grados centígrados de calentamiento entre el periodo de 2018-2057.

Los científicos hallaron que las concentraciones de ozono a las que se llegó en un escenario sin atenuantes y con un calentamiento de 3 grados centígrados hacia mitad de siglo podrían sobrepasar las reducciones conseguidas con la implementación de las regulaciones de las emisiones de ozono.

Los hallazgos de este estudio ponen de manifiesto la necesidad de que se pongan en marcha regulaciones de emisiones a nivel regional así como políticas destinadas a reducir las concentraciones globales de metano.

No obstante, los autores indican que esas proyecciones están relacionadas con una región y un clima específicos, y que las diferentes emisiones o temperaturas podrían alterar los incrementos de ozono pronosticados.

Fuente: EFE