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Mientras que la crisis política se aleja de una solución, la violencia en Egipto continúa recrudeciéndose. Esta madrugada al menos 51 personas murieron y 435 resultaron heridas en un enfrentamiento entre manifestantes y militares frente al cuartel general de la Guardia Republicana en El Cairo.

El hecho aún no ha sido esclarecido y las versiones son contradictorias. El Ejército sostiene que el cuartel fue asaltado por un “grupo terrorista”, pero los Hermanos Musulmanes presentaron casquillos de bala para demostrar que fueron víctimas de violencia.

En tanto, el presidente interino, Adli Mansur, formó una comisión judicial para investigar lo sucedido. El Gobierno instó a los manifestantes a que se alejen de “los centros vitales y las instalaciones militares” del país e insistió en que todas las partes deben controlarse para que la seguridad nacional sea la prioridad.

Mansur expresó su “profunda tristeza” por la muerte de víctimas civiles en los sucesos. Además, indicó que manifestarse de una manera pacífica es un derecho de todos los ciudadanos, bajo la protección de los cuerpos del Estado.