Miles de niños son obligados a mendigar en las calles por sus padres y las mafias. (Foto: Andina)

Miles de niños son obligados a mendigar en las calles por sus padres y las mafias. (Foto: Andina)

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Más de 4.600 niños fueron rescatados de las calles donde se encontraban trabajando como mendigos o explotados laboral o sexualmente durante el último año como resultado del trabajo del Programa Nacional Yachay, informó hoy el viceministro de Poblaciones Vulnerables, Julio Rojas Julca.

Rojas detalló que el trabajo de intervención con los niños de este programa nacional, que abarca a 24 ciudades y 20 regiones, no se limita solo a extraerlos de las calles, sino también a darles ayuda psicológica y a buscar su adaptación exitosa a un nuevo hogar.

“El objetivo del ministerio y de Yachay es que los niños que han hecho de la calle un lugar de vivienda restablezcan su relación con la familia, la educación y la sociedad. Nuestros especialistas trabajan en ese aspecto y con esa meta. En todo caso, la alternativa secundaria es asegurarles una atención residencial en algún centro donde tengan salud y recreación”, manifestó.

El viceministro explicó que la mendicidad infantil es una problemática difícil de solucionar por los métodos con que los padres de familia y mafias manipulan a los niños a los que obligan a trabajar en las calles.

“Los sujetos que explotan a los niños los movilizan desde los distritos de Lima Norte (Carabayllo, Puente Piedra, San Martín de Porres, Comas, Independencia y Los Olivos) y el Lima Sur (San Juan de Miraflores, Villa El Salvador, Villa María del Triunfo), hacia distritos con mayor población con “economía alta” como el Centro de Lima, San Borja y La Molina”, explicó.

Si bien estos grupos trafican con los niños en diferentes horarios, la estrategia principal es hacerlos trabajar a altas horas de la noche para generar un sentimiento de pena entre los transeúntes que se traduce en la recolección de más dinero.

“El principal pedido que hago a la población es evitar darle limosnas a los niños, por más tristeza que puedan transmitir. Si cerramos el ingreso económico de esta actividad ilegal, hacemos que dejen de usar a los niños como herramientas”, puntualizó Rojas.