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En un estudio sobre hábitos alimentarios de adultos, los participantes con los hábitos más saludables resultaron ser 15 por ciento menos propensos a desarrollar cáncer pancreático que los que tenían una dieta de menor calidad.
La autora principal del estudio, Hannah Arem, del Instituto Nacional del Cáncer, Bethesda, Maryland, en las afueras de Washington, dijo que el análisis de la información de más de 500.000 personas mayores de 50, indica que los hombres, en especial los que tenían sobrepeso u obesidad, son los que más se beneficiaron con una alimentación de alta calidad.
Aunque apenas un 1,5 por ciento de los estadounidenses desarrollará ese cáncer, se trata de uno de los más agresivos y letales. Sólo el 6 por ciento de las personas con cáncer de páncreas vive a los cinco años del diagnóstico, comentó Arem.
En el Journal of the National Cancer Institute, el equipo de Arem dijo que utilizó el Indice de Alimentación Saludable que diseñó el Gobierno publicado en el 2005 para calificar la calidad general de la dieta.
El equipo organizó las respuestas en cinco grupos, según cuánto coincidían con las recomendaciones de consumo de alimentos como frutas, verduras y granos integrales, y de reducción del consumo de productos como carnes rojas y comida chatarra.
Con la información de los registros oncológicos estaduales y la Administración de la Seguridad Social, los autores siguieron a los participantes durante 10 años: 2.383 desarrollaron cáncer pancreático.
Tras considerar otros factores asociados con el riesgo de padecer cáncer pancreático (tabaquismo, consumo de alcohol y diabetes), los efectos de la calidad de la dieta se mantuvieron.
“El estudio demostró que existe una asociación entre la alimentación y el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas, en lugar de ser causa y efecto. La alimentación saludable beneficia la salud”, indicó Hannah Arem, del Instituto Nacional del Cáncer, Bethesda, Maryland. (Voz de América )