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Llegó el Domingo de Resurrección – el día más glorioso de la Semana Santa – y con ello los venezolanos salieron a las calles para celebrar la tradicional quema de Judas, evento en el que la población hace justicia por sus propias manos para expresar su inconformidad con los sucesos políticos, económicos y sociales que afectan a su país.

El principal acto consiste en quemar en la calle un muñeco de tamaño real – promedio 1.70 metros – que representa a Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesucristo a cambio 30 monedas de plata. El monigote es adornado con la imagen del rostro de algún personaje político local o internacional que es objeto de la ‘justicia popular’ y es quemado por sus malos actos o comportamiento inadecuado.

En esta oportunidad, los muñecos del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y de su homólogo estadounidense, Donald Trump, fueron los elegidos por los venezolanos para ser los Judas.

La crisis política y social venezolana llegó a su punto más álgido en las últimas semanas al reportarse la muerte de al menos seis personas – según el balance de los opositores – durante las protestas de la oposición contra el régimen de Nicolás Maduro.

Las manifestaciones tuvieron lugar no solo en Caracas sino también en otras ciudades de la nación caribeña.