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Al menos 57 murieron en una ola de atentados utilizando coches bomba en Irak, afectando principalmente la capital del país, Bagdad. Las explosiones, que ocurrieron en mercados y centros comerciales de áreas primariamente en chiíes, dejaron docenas de heridos, informó la policía.
El atentado, al igual que otros sucesos similares ocurridos en las últimas dos semanas que han dejado 350 víctimas, provocan temor de que la violencia sectaria entre los chiíes y los suníes llegue a los niveles de 2006 y 2007, años en los que miles de personas fallecieron, informó BBC News.
Los suníes, el mayor grupo musulmán del mundo aunque minoría en Irak, acusa al gobierno de Nouri Maliki, controlado por chiíes, de discriminarlos.
Hasta el momento ningún grupo admite haber llevado los ataques y el Gobierno Iraquí prometió cambiar su estrategia de seguridad nacional para evitar que se llegue al conflicto sectario.
