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La periodista Kira Kay visitó Indonesia poco después del tsunami en 2004 y vio la destrucción causada con sus propios ojos. Diez años después le cuenta a Deutsche Welle sus experiencias.
DW: ¿Cuál fue el estado en que encontró a Indonesia hace una década?
Kira Kay: Antes del tsunami, en 2002, había visitado Banda Aceh. Como periodista, había cubierto la guerra civil que allí tenía lugar, por eso era ya una región en “estado de emergencia”. Ver que los paisajes que antes había filmado habían sido destruidos fue aterrador. Comunidades completas que antes había visitado habían sido borradas del mapa. Regresé en 2005, unas dos semanas después del tsunami. En esos días los sobrevivientes apenas empezaban a comprender la tragedia. Las tareas por hacer eran monumentales.
En Banda Aceh murieron unas 130.000 personas y otras 30.000 desaparecieron. Cientos de miles quedaron sin techo.
¿Cómo cambió esa tragedia la región?
En verano de 2014 regresé a Indonesia y Banda Aceh estaba irreconocible. Muchos edificios fueron restaurados y muchos más construidos. A pesar de que la ciudad perdió el carácter colorido y tradicional, los habitantes dicen sentirse bien en sus nuevas casas. A pesar de algunos casos de corrupción, los indonesios lograron reconstruir muy bien los sectores destruidos, también gracias a la buena cooperación entre Gobierno y organizaciones no gubernamentales.
¿Cómo es ahora el estado emocional de los sobrevivientes?
Algunos de los traumas siguen estando a flor de piel. Cuando dos terremotos sacudieron a Aceh, hace dos años, muchos entraron en pánico. Pero otros aseguran que la fe religiosa los ayudó mucho a menguar el dolor. Para los que consideran que la guerra es propiciada por los humanos y los tsunamis por Dios, fue más fácil superar el trauma. El que muchas mezquitas resistieran el embate del terremoto y las grandes olas es interpretado como una señal a los creyentes. Hoy el islamismo conservador es allí cada vez más fuerte. Las autoridades han introducido la ley “sharía” que regula el vestuario de las mujeres y la conducta moral, en general.
¿Cuáles fueron los efectos de la inmensa ayuda humanitaria proveniente de muchas partes del mundo?
La gratitud de los habitantes de Banda Aceh se siente en todas partes. Los indonesios erigieron incluso un “Monumento a la Gratitud” con los 53 países que les prestaron ayuda. También hay un museo dedicado al tsunami, no solo para turistas. Además, la presencia de las muchas organizaciones internacionales tuvo un efecto muy positivo: la apertura puso fin a la guerra. Los habitantes se dieron cuenta de que su región ya no estaba aislada y el Gobierno de Yakarta, la capital de Indonesia, entendió que sin paz no había ayuda exterior.
¿Qué tan bien preparada está hoy la región para una catástrofe similar?
En Aceh existe hoy un programa de emergencia, dirigido por la Universidad de Syiah Kuala. Se levantaron torres con sirenas de alarma alrededor de Banda Aceh, que avisan a la gente en caso de un maremoto con una intensidad mayor de 7, según la escala de Richter. También se construyeron torres de evacuación, llamadas “lugares verticales de evacuación”. Estas torres tienen varios pisos de altura y resistirían grandes masas de agua. Sobre el techo de estas torres hay helipuertos.
La carretera a lo largo de la costa fue ampliada y adecuada con señales que indican las vías de evacuación. Pero hay aún mucho hacer, como memorizar que no hay que huir hacia los montes sino a las torres de evacuación”. La razón: quienes huyen con el auto bloquean las vías de salida a las personas y las de acceso a los socorristas
(Fuente: Deutsche Welle )
Kira Kay dirige la ONG civil Bureau for International Reporting (BIR) que produce y vende noticias de televisión. Kira Kay fue condecorada en 2008 con el premio Kennedy Memorial Award por sus reportes sobre la guerra en el norte de Uganda.