Foto: AP

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El canadiense Billy McNeely protagonizó una pelea en abril del 2010 y recibió cinco puñaladas en la espalda, quedándole incrustada la hoja del arma blanca en su cuerpo. Si bien médicos que lo trataron limpiaron y cosieron su herida, nunca se percataron del metal debajo de la piel, ni le tomaron una radiografía de la lesión, lo que habría hecho evidente su negligencia.

En diálogo con la BBC, McNeely comentó que la cicatriz siempre fue una molestia, que le causaba escozor y dolor. Sin embargo, en el centro de salud donde lo atendieron le explicaron que era posible que este malestar se debiera a que los nervios afectados hubieran sufrido algún daño con el ataque.

Tres años después, su novia descubrió una punta metálica asomándose por la piel de su espalda. En el hospital le quitaron una hoja de navaja de 7,5 centímetros de largo.

McNeely está considerando demandar a los doctores que lo atendieron la primera vez por haber sido negligentes al tratarlo y poner en riesgo su salud.