La historia de amor de David (8) y Ayla (7) (Facebook: Amber Floyd Spisak)

La historia de amor de David (8) y Ayla (7) (Facebook: Amber Floyd Spisak)

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El amor es el sentimiento que mueve a las personas a ser mejores cada día, a pensar y actuar mejor y a superar las dificultades que se puedan atravesar en el camino. Eso ha quedado demostrado fehacientemente en el caso del pequeño David Spisak, un niño estadounidense de ocho años que desde los dos recibe tratamiento intenso contra la leucemia (cáncer a la sangre) que padece.

La salud de David se vio deteriorada en los últimos años debido a la gravedad de su enfermedad y a los constantes tratamientos médicos a los que fue sometido: quimioterapias, operaciones y varias hospitalizaciones en las que fue tratado con diversos tipos de medicamentos.

Tras permanecer durante varios años en manos de sus médicos tratantes, David, por decisión de sus padres, fue retirado del hospital porque estos no querían que su hijo siguiera sufriendo con los intensos tratamientos a los que este era sometido.

Los doctores advirtieron a la familia Spisak que David solo viviría entre cinco y seis semanas sin tratamiento y que lo mejor era que este siga siendo atendido para prolongar su vida.

Los padres hicieron caso omiso y, a pesar de que hubo un cuarto diagnóstico de cáncer en contra de su hijo, optaron por permitirle a David volver a la escuela para que siga desarrollándose como cualquier niño de segundo grado de primaria.

Y es aquí donde empieza lo bueno. Según la madre de David, el menor encontró en Ayla, una compañerita de siete años, a su mejor motivación para seguir adelante en su vida. El pequeño, quizás sin pensarlo, se enamoró perdidamente de su amiga de clase y su familia asegura que este sentimiento le ha permitido renovar su espíritu y, oh sorpresa, mejorar su estado de salud.

(Foto: Facebook / Amber Spisak)

“El espíritu de David se ha levantado porque está enamorado de su amiga de segundo grado. Hemos decidido darle a nuestro hijo una infancia normal y feliz. Vamos a darle todo lo que él necesite en este momento, lejos de los tratamientos que nos iban a dar los mismos resultados”, contó Amber Spisak, madre de David, a ABC News.

Desde que volvió al colegio en septiembre pasado, David se ha mostrado muy motivado e incluso destaca como un alumno aplicado y responsable. Y claro, Ayla, su gran amor y principal soporte, ha sido la gran artífice del buen momento que atraviesa el pequeño valiente que solo quiere vivir por ella y para ella.

“En la clase de artes le dije a Ayla que me gustaba y ella solo puso una cara de sorpresa. Así empezamos a salir. Ella me ama tanto como yo a ella”, contó un emocionado David al citado canal.

Cada vez que andan juntos, David y Ayla se toman de la mano, se abrazan y se besan – en la mejilla – como una pareja cualquiera que vive enamorada. Ella acompaña a su ‘novio’ casi todas las tardes y juntos disfrutan cuando salen a pasear en compañía de sus padres.

David, como todo un caballero, engríe a Ayla regalándole flores, peluches y chocolates, mientras que ella, sin ningún problema, ayuda a su compañero a trasladarse en su silla de ruedas.

(Foto: Facebook / Amber Spisak)

A pesar de que los médicos dijeron que David solo viviría un par de semanas si no continuaba su tratamiento, el milagro del amor ha hecho que este hermoso niño lleve varios meses en buen estado, contento y, qué mejor, enamorado del “angel” de su vida.

“Cuando nos dimos cuenta de la conexión sincera que tienen, nos pusimos muy contentos de que ella entrara en su vida. Esto tiene una razón”, manifestó la madre de David.

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