El amor, el respeto, el cariño, todos los sentimientos positivos hacia la pareja nacen de la relación que se tiene con uno mismo. (Foto: reflexionesdeamor.com
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Dentro del paradigma inconsciente de muchas personas, el amor también implica sufrimiento, frustración, dolor y tristeza. A través de las novelas se enseña que primero se sufre antes de ser feliz; que para encontrar el amor verdadero, la persona está obligada a vivir previamente una historia de frustración. Esto es un conjunto de creencias hechas a base de ideas, y se pueden cambiar.
Para empezar, estas personas tienen que aprender y afirmar que para ser feliz, necesariamente, no tienen que sufrir, indica Manuel Saravia Oliver, psicólogo y psicoterapeuta del Instituto Guestalt de Lima.
“El amor verdadero es reciprocidad, un vínculo sincero y profundo que incluye compromiso, afecto, cariño, admiración, respeto, ponerte en el lugar del otro, sentimientos que no se rompen tan fácilmente con una discusión o una pelea”, sostiene el especialista.
El amar abarca preocuparse, estar pendiente, desear lo mejor, conocer todo sobre esa persona, saber lo que le gusta, lo que no le gusta, sus anhelos, temores e incluso el preferir a la persona por encima de uno mismo, sin caer en extremos.
Si una persona trata mal a la otra, eso no es amor.
“No existe el sello de garantía en las relaciones interpersonales y menos en las relaciones de parejas, nadie va a decir este amor va a durar para siempre o va a trascender porque eso solo se descubre viviendo, amando, dejándote querer”, añade Saravia.
Es importante amarse a uno mismo, de allí parte todo: el amor, el respeto, el cariño, todos los sentimientos positivos hacia la pareja nacen de la relación que se tiene con uno mismo.
