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Por José Miguel Silva @jomisilvamerino

Un recorte de periódicos, curiosidad y perseverancia. Estos fueron los tres elementos que hicieron realidad Gitanos en Lima: Historia, cultura e imágenes de los rom, los ludar y los calé peruanos, la última publicación de Instituto Riva–Agüero. Se trata de un gran libro que detalla, bajo la mirada del historiador Carlos Pardo-Figueroa Thays, el camino que recorrió la comunidad gitana (conformada por los rom, los calé y los ludar) en nuestro país.

¿Podría decir que estoy entrevistando al primer ‘gitanólogo’ peruano?
No. Si bien este es el primer libro que se publica al respecto, sería presumido de mi parte afirmar eso. Hubo varias personas y periodistas que también se interesaron por el tema. Lo que sí faltó fue constancia, profundización y revisión de estudios especializados sobre los gitanos en el Perú y creo que sobre todo, contactarse con ellos.

En tu libro mencionas varias versiones sobre el origen de los gitanos. No obstante, los expertos coinciden en un determinado lugar, ¿de dónde provienen los gitanos?
Según los investigadores occidentales, de la India. Esto se ha podido determinar básicamente por pruebas lingüísticas. El romanés o romaní, idioma que habla buena parte de los gitanos en el mundo, está vinculado estructuralmente al ‘hindi’ actual. Ahora, el idioma no define una cultura, pero es un elemento importante. Muchos de los grupos reconocidos como gitanos aún lo hablan. El origen indio de los gitanos ya fue investigado mucho en Europa.

Dentro de las etapas de la historia remota de los gitanos, ¿fue la Segunda Guerra Mundial el episodio más trágico para ellos?
Probablemente. Si se habla de muerte, violencia y de la intención de eliminar al otro, sí. Si bien el principal objetivo fue el pueblo judío, como etnia, el pueblo gitano también fue muy dañado. Se calcula que por lo menos 500 mil gitanos murieron entonces. Esto es solo una parte de la larga tradición de maltrato, discriminación, explotación y esclavitud que sufrieron los gitanos.

Al hablar de la llegada de los gitanos al Perú es preciso mencionar las dificultades que tuvieron para entrar a nuestro país, ¿por qué España prohibió que esta minoría ingrese a nuestro territorio durante el Virreinato?
En el siglo XVI Perú y México se convierten en centros neurálgicos de la presencia española en América. Eran regiones que debían estar muy bien supervisadas por la corona. Y los gitanos tenían muy mala fama, particularmente por sus oficios. La adivinación y el curanderismo eran elementos nocivos para la difusión de la fe católica, que era lo que buscaba la monarquía por su alianza con la Iglesia.

¿Qué tan preponderante fue la literatura en la formación de prejuicios sobre los gitanos?
La tradición literaria, poética y dramática del llamado Siglo de Oro tuvo una gran influencia no solo en América sino también en la propia Europa. De una manera bastante incoherente, buena parte de la literatura, más adelante las óperas y las películas, quisieron adscribir a los gitanos a España. Obras como Carmen, en lugar de ubicar a los gitanos en Francia, los colocaron en España. En la propia Europa se ha querido estereotipar a los gitanos como un pueblo vinculado a España. Incluso si vemos en el ámbito peruano, muchos creen que los gitanos son solamente de dicho país y eso no es cierto.

En tu libro eres por momentos muy crítico con la labor de la prensa peruana que tocó el tema de los gitanos.
En algunos casos realmente ameritaba ser crítico. Traté de analizar hasta qué punto los periodistas se guiaban más por la observación directa del pueblo que pretendía describir y hasta qué punto por la literatura. Sí, hay una actitud crítica, pero también debo decir que si no se hubieran dado esas notas, reportajes e informes, yo no habría podido rastrear la llegada de los gitanos al Perú. Por eso considero que es importante resaltar el trabajo de los periodistas que a lo largo de los años trabajaron el tema.

¿Cuánto tiempo te tomó esta publicación?
El producto completo me costó más de 15 años de investigación. Ahora, dentro de eso hubo etapas, cuatro trabajos previos. Lo primero fue un artículo publicado por el Instituto Riva–Agüero. Luego, otra publicación en la Universidad Ricardo Palma. Más adelante, dos en la Universidad Católica. El año 2008 fue el momento clave, cuando me contacté con la comunidad de los gitanos rom en Lima.

En el libro también hablas de los ludar y los calé, los otros dos grupos que conforman la comunidad de gitanos en nuestro país. Se sabe muy poco sobre ellos.
Están en menor proporción y por eso es que ocupan menos espacio en mi libro. Hay mucha bibliografía sobre ellos en el exterior, pero no en el Perú. Habría que hacer un trabajo exhaustivo, en primer lugar con los ludar, que se han asentado más que todo en el norte peruano. Ojalá que algunos investigadores norteños se animen a rastrear cuándo y cómo llegaron ahí.

¿En qué zonas de Lima viven los gitanos hoy?
La única comunidad reconocida de gitanos rom en Lima está ubicada en la intersección de La Victoria, San Luis y San Borja. De hecho, los vecinos de estos distritos saben de la existencia de estos dos barrios rom pequeños. Aunque, claro, desde su llegada, estos no son los únicos barrios donde han vivido.

De los tres tipos de gitanos, son los rom quienes se mantienen más respetuosos de sus costumbres.
Es cierto. Mantienen una apretada endogamia. Se casan básicamente entre ellos. Creo que eso también es algo que no solamente hicieron ellos, sino otros grupos inmigrantes como los peruanos–japoneses o los peruanos–italianos. Los ludar y los calé han terminado mimetizándose con la sociedad mayoritaria. Por eso es que no han formado comunidades aquí en Lima. Son muy pocos.

Otro detalle en la forma de vida de la comunidad de los rom es la forma de impartir justicia. Hay una especie de tribunal paralelo al Poder Judicial peruano.
La Kris romaní es una suerte de tribunal arbitral paralelo. Muchos elementos de la cultura rom se dan así, como el matrimonio, por ejemplo. El caso de los rom es análogo a lo que ocurre con diferentes grupos tradicionales en nuestro país: al no tener un reconocimiento por nuestro sistema, conforman sistemas paralelos.

Claro, aunque tampoco es que el tribunal de los rom se aplique a todas las controversias o si hay delitos graves…
De hecho, hubo una noticia hace dos o tres años de un crimen en la comunidad gitana. Se acudió a la Policía, a la Fiscalía, al Poder Judicial. Para casos extremos sí acuden a la justicia nacional.


Foto: Carlos Pardo-Figueroa y su publicación.

Los gitanos tampoco son personas problemáticas…
En principio tratan de resolver sus problemas familiares y de negocios entre ellos. Es una comunidad que intenta evitar el escándalo, los problemas y que estos trasciendan al exterior.

Muchos rom trabajan en el ámbito informal, ¿impide esto de alguna manera contar con cierta protección en caso de abusos o estafas?
Es cierto. Por ejemplo, algunos trabajan como intermediarios en la venta de autos. ¿Qué pasa si al final el dueño del auto y el comprador deciden no pagarle la comisión al rom? Como está en el ámbito informal, pues pierde. Aunque claro, existen algunos rom que ya se han formalizado, tienen empresas propias de compra y venta de autos, de autopartes, o talleres de mecánica; pero la gran mayoría sí están en el ámbito de la economía informal.

¿De qué manera el Estado debería acercarse y acoger a estas minorías?
Debe promoverse el respeto a la diversidad. Hay que tratar de valorar todo aquello que es cultura, tradición y arte. Los rom tienen eso y debemos respetarlo. Aunque claro, también esta comunidad debería esforzarse un poquito más por difundir su cultura. Si quieren que se vayan disipando las imágenes negativas que circulan sobre ellos, deberían preocuparse por difundir más su arte. Esto, junto con varias otras iniciativas, podría ayudar a que los rom sean reconocidos como una minoría étnica en nuestro país.

¿El hecho de ser una minoría que vive pequeños espacios determinados hace que los gitanos sean esencialmente tímidos?
Ellos son muy unidos y expresivos. Creo son reservados básicamente con nosotros. Esto es parte de las relaciones sociales que se han ido dando en nuestro país. Ahora, son minoría entre minorías. Imagino que a veces sentirán la contradicción de no querer estar aislados porque necesitan de la sociedad mayoritaria para sus negocios, pero, por otro lado, tampoco quieren dispersarse mucho porque podrían perder lo que ellos consideran su identidad.

¿Por qué deberíamos interesarnos en leer Gitanos en Lima?
Todo limeño, de hoy o de antaño, ha visto gitanos, pero creo que se conoce poco de su cultura. Este es el primer libro de historia y pretende ser el primer estudio etnográfico sobre esta comunidad. Desde luego que este trabajo ha sido posible gracias al trabajo que la prensa ha registrado. No obstante, faltaba complementar eso con estudios académicos del exterior, que me han permitido profundizar en la diversidad de los grupos gitanos y acercarme a estar historia que aún tiene mucho por revelarnos.