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La Justicia de Francia imputó y encarceló provisionalmente a cuatro imputados, que se suman a otros cinco que ya están en prisión, por el asesinato en París de la trabajadora sexual transgénero peruana Vanesa Campos en la noche del 16 de agosto pasado.
Tras tres meses de investigación, el diario “Le Parisien” reveló que nueve hombres, tres de ellos menores, han sido ya imputados por “asesinato en banda organizada” y “robos en reunión con degradaciones”.
Vanesa Campos, de 36 años y residente desde hace dos en París, fue atacada por un grupo de hombres y recibió un disparo en el tórax el 16 de agosto en el parque del Bosque de Boulogne, en el oeste de París, cuando quiso evitar que ese grupo robase a un cliente.
Según el testimonio de algunos de los arrestados, la noche del asesinato la banda se citó para enfrentarse con los “Black”, un colectivo contratado por las prostitutas para impedir que ataquen y roben a sus clientes durante sus servicios.
Uno de los detenidos dijo a la policía que otro miembro del grupo lanzó dos disparos con un arma previamente robada a un agente. Una de las balas alcanzó a Campos en el tórax, quien había comenzado a gritar durante la pelea, y otro fue al aire.
Los agresores escaparon cogiendo el metro en la estación de Porte Dauphine, como mostraron imágenes de la red de transporte público de **París **(RATP), cuyas cámaras también captaron al décimo sospechoso haciéndose una foto con un arma de fuego similar a la del crimen.
Por otro lado, los expertos concluyeron que la pistola que causó la muerte de Campos es una de las Sig Sauer que utiliza la policía.
Entre finales de julio y principios de agosto, dos agentes habían sido víctimas de un robo durante un servicio en este mismo bosque.
Los autores podrían ser integrantes de la misma banda pues los investigadores localizaron los móviles de muchos de ellos en el lugar y en el momento que tuvieron lugar los robos.
El asesinato de la sudamericana, que provocó las protestas del gremio de los trabajadores del sexo y de militantes LGBT, puso de nuevo en el foco el ambiente de intimidación e inseguridad en el que trabajan desde que una ley francesa de 2016 introdujo las multas a los clientes de prostitutas.
Muchas se ven obligadas por esto a trabajar en lugares aislados para estar fuera del radar de la policía, mientras bandas de ladrones saquean a sus clientes y las intimidan.
Según explicaron a los investigadores algunas compañeras transexuales de Vanesa, los miembros de la banda les solían hacer gestos amenazantes, y una relató incluso que fue violada en una ocasión por uno de los ladrones.
Fuente: EFE