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El Gobierno de Filipinas celebró hoy el consenso alcanzado con la rebelión comunista para firmar un alto del fuego bilateral interino que detenga la violencia sobre el terreno y permita acabar con más de cuatro décadas de conflicto armado.
El portavoz de la Presidencia filipina, Ernesto Abella, indicó en un comunicado que el Ejecutivo confía en que el acuerdo “prevenga nuevos enfrentamientos y la pérdida innecesaria de vidas”.
Según observadores locales, el texto firmado ayer en Holanda por las dos partes permite relanzar las conversaciones de paz entre ambas, aunque solo entrará en vigor cuando se cierre el capítulo de reformas económicas y sociales en el país.
El Nuevo Ejército del Pueblo, el brazo armado del proscrito Partido Comunista de Filipinas, lleva el peso de una lucha armada que ha causado al menos 30.000 muertos.
Las negociaciones de paz con el Frente Democrático Nacional de Filipinas, plataforma que agrupa a los comunistas y otros grupos de izquierda, comenzaron con contactos exploratorios en 1992 y pasaron a la fase de conversaciones formales en 1995.
Desde entonces, el proceso ha sufrido innumerables altibajos, encuentros y desencuentros.
Bajo el mandato del presidente Rodrigo Duterte , que empezó el 30 de junio de 2016, se firmó un alto el fuego en agosto que duró hasta primeros de febrero.
En marzo, ambas partes acordaron volver a la mesa de negociaciones, y el 30 de ese mes dos soldados y diez rebeldes murieron en un enfrentamiento del ejército con la guerrilla comunista en la localidad de General Nakar, a unos 40 kilómetros al este de Manila.
(Fuente: EFE)
DATOS CLAVES DE RODRIGO DUTERTE
Rodrigo Duterte es el polémico presidente de Filipinas quien inició una sangrienta lucha contra las drogas ganándose la aceptación o incluso el rechazo de miles. A esto se suma sus constantes altercados verbales con presidentes o personalidades.
Nació el 28 de marzo de 1945 en Filipinas y también conocido con el apodo Rody o Digong. Desde el 30 de junio de 2016 es el mandatario de su país.
En 1988 se convirtió en alcalde de Davao y años después reconoció haber matado decenas de personas en las calles mientras manejaba su motocicleta.
Desde que asumió la presidencia de Filipinas, se estima que al menos 6.100 personas han sido asesinadas, sea por la policía, agentes de vigilancia o por mercenarios.
Rodrigo Duterte ha confirmado que no cederá en su sangrienta “campaña contra las drogas” y proseguirá “hasta el último día” de su mandato y “hasta que todos ellos hayan muerto”.
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