Síguenos en Facebook



Un contingente de 20.000 policías ha paralizado hoy el centro de Estambul para impedir las celebraciones del Primero de Mayo en la emblemática plaza de Taksim, realizando cargas con gas lacrimógeno contra grupos sindicales que se manifestaban ante los cordones.

Un área de unos 10 kilómetros cuadrados en el centro de la ciudad, que englobaba las zonas de mayor vida comercial y cultural, quedó totalmente sellada por varios anillos de barreras policiales.

El transporte público de metro, tranvía, autobuses y barcos estuvo interrumpido en la zona desde primera hora de la mañana, y las mayores avenidas quedaron cerradas al tráfico.

Unas cinco mil personas adscritas a diversos sindicatos y partidos de la izquierda se congregaron ante el cordón policial en Besiktas, un barrio a orillas del Bósforo a unos dos kilómetros de distancia de Taksim, pero no obtuvieron permiso para acercarse a la plaza.

“Llevamos aquí desde el amanecer: vinimos al barrio ayer porque sabíamos que hoy sería imposible llegar hasta aquí a través de los cordones policiales”, dijo a Efe una de las manifestantes, Ecam, miembro de una asociación de estudiantes.

“Ya a primera hora hubo enfrentamientos con la policía y fuertes cargas con gas lacrimógeno en varios barrios de los alrededores, porque no dejaban pasar a los activistas”, añadió.

“No nos dejaban pasar ni a nosotras, que vamos identificadas con chalecos y carnés, así que tuvimos que escabullirnos por calles laterales”, corroboró Evrim Baykondu, miembro de IHD, la asociación de derechos humanos más prestigiosa de Turquía.

Entre los congregados se hallaban representantes de los mayores sindicatos de izquierda del país, así como dirigentes del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), la formación prokurda presente en el Parlamento.

Los congregados pasaron la mayor parte de la mañana coreando consignas relacionadas con las protestas de Gezi en 2013 o formando los corros del ‘halai’, el popular baile kurdo, hasta que sobre las 11.00 GMT la policía empezó a cargar con agua a presión y densas salvas de gas lacrimógeno.

Aunque la avenida se vació pronto, la Policía continuó lanzado gas contra grupos de activistas en las callejas del barrio de Besiktas y practicó numerosas detenciones, como pudo presenciar Efe.

En rueda de prensa, el director de la Jefatura de Policía, Selami Altinok, informó de que se habían practicado 203 detenciones y admitió que ha habido 24 heridos en los enfrentamientos, 6 de ellos, policías.

Según la edición digital del diario Birgün, un joven de 16 años que fue alcanzado por un bote de gas lacrimógeno tuvo que ser trasladado al departamento de neurocirugía de un centro sanitario.

Durante la jornada, el diario Hurriyet informó también del apuñalamiento de un joven por varios desconocidos tras disolverse la concentración de Besiktas.

“Gracias a Dios hemos terminado el día sin mayores problemas”, añadió el jefe de policía, quien aseguró que poco después se reabrirían al tráfico la mayorías de calles cerradas en el centro, mientras el área inmediata a Taksim permanecería acordonada de momento.

Además de Estambul, otras ciudades turcas han acogido celebraciones del 1º de Mayo, como Ankara, Esmirna, Zonguldak o Konya sin que se hayan registrado incidentes.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, justificó en un discurso el cierre de todo el centro de Estambul, e indicó que una gran concentración de personas en Taksim “paralizaría el transporte público”.

“Taksim no es un lugar adecuado para reuniones. Hay muchos otros lugares en Estambul donde se puede celebrar el Primero de Mayo”, insistió.

Pero la emblemática plaza tiene un significado especial para la izquierda ya desde los años setenta, y especialmente desde la masacre del 1 de mayo de 1977 en la que pistoleros nunca identificados dispararon sobre la muchedumbre y causaron la muerte de 34 personas.

La dictadura militar de 1980 prohibió las manifestaciones en la plaza, veto que sólo fue levantado por el Gobierno de Erdogan en 2009.

Los siguientes cuatro años, varios cientos de miles de personas festejaron el Primero de Mayo en Taksim con canciones y bailes en un ambiente siempre pacífico, sin que se registrasen incidentes.

Pero en 2013, el Gobierno volvió a prohibir las concentraciones y desde las protestas del adyacente parque Gezi, en junio de aquel año, ninguna manifestación se ha permitido en la simbólica plaza.

“El Gobierno teme que la gente pueda recuperar el espíritu de Gezi si marcha a Taksim y que quizás vuelva a ocupar la plaza o el parque”, opinaba en conversación con Efe Ebru, otra estudiante activista presente en la manifestación de Besiktas.

“Quieren que nos olvidemos de Gezi”, agregó.

La famosa plaza quedó desierta todo el día, rodeada por todos los lados por cinco o seis filas de vallas metálicas, y grandes áreas de los barrios adyacentes quedaron también cerradas al tránsito de personas, salvo policías y periodistas.

“No viene nadie a comprar hoy. Es que no dejan pasar”, señaló a Efe el cajero de un pequeño supermercado de barrio, prácticamente vacío, a casi un kilómetro de distancia de Taksim.

(Fuente: EFE)