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A más de un año del escándalo por la contratación de prostitutas de parte de agentes del Servicio Secreto que acompañaban al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en Cartagena (Colombia) dos agentes que cuidaban al mandatario fueron suspendidos por un nuevo lío de faldas.
Al parecer, el incidente no es aislado. Según indicaron testigos a una comisión del Senado que vigila la actuación de esa agencia, las quejas sobre la conducta sexual y otras situaciones impropias de las que se acusa a miembros y supervisores del Servicio Secreto incluye incidentes en 17 países.
Según informó The Washington Post, los relatos de los testigos a la comisión hablan de agentes y supervisores que contratan a prostitutas, visitan burdeles durante viajes oficiales, tienen aventuras extramaritales y relaciones sexuales casuales con extranjeros que no son reportadas adecuadamente.
Entre los incidentes puntuales, un agente, aparentemente de origen hispano, fue descubierto al intentar entrar de nuevo al cuarto de una mujer en un hotel de Washington D. C. cercano a la Casa Blanca, donde accidentalmente había olvidado una bala de su arma de servicio.
En el seguimiento de la investigación, se descubrió también que el agente y otro supervisor, habían enviado correos electrónicos comprometedores a una subordinada. El primero de los investigados fue removido de su posición de supervisor, mientras el segundo fue reubicado en otro puesto.
El escándalo en Cartagena obligó a la agencia a imponer nuevas reglas de conducta para los agentes del Servicio Secreto. Se espera que en las próximas semanas sea divulgado un reporte sobre la cultura de esta agencia, ahora dirigida por Julia Pierson, la primer mujer directora en ese servicio.
Fuente: Voz de América.