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La economía mundial confirma su recuperación, con mejoras del PBI del 3,6 % en 2017 y el 3,7 % el 2018, aunque no de manera “sólida ni integradora” en un contexto empañado por el elevado endeudamiento de los hogares y las empresas no financieras, alertó la OCDE.
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, advirtió hoy al presentar el informe semestral de Perspectivas que aunque el impulso actual es “positivo”, en 2019 se espera una desaceleración, hasta el 3,6 %.
“El crecimiento todavía debe ser más inclusivo y más sostenible a nivel medioambiental”, dijo el representante de ese organismo con sede en París, para quien el alto nivel de deuda de los hogares de cierto número de economías avanzadas y el lento avance de la productividad son algunas de las preocupaciones.
Su economista jefe, Catherine Mann, apostó por implementar reformas en favor de una mayor productividad y salarios más altos, y por desarrollar una estrategia “integrada” que permita un equilibrio entre la necesidad de garantizar el crecimiento y de reducir los riesgos en el sector financiero.
La OCDE aboga por reformas económicas que faciliten el comercio internacional, reduzcan los impuestos en las empresas y fortalezcan el sector privado para que este ejerza “el rol que le corresponde” en la mejora de la economía.
Su informe atribuye la mejora de las perspectivas semestrales a las políticas de estímulos y recuerda que la progresión del producto bruto interno (PBI) no era tan alta desde 2010, después del comienzo de la crisis global.
El organismo mantiene para 2017 el incremento del 3,6 % avanzado el pasado junio y eleva la perspectiva para 2018, del 3,6 % al 3,7 %.
A pesar de este aumento, la OCDE aclara que aún no se han alcanzado los niveles de renta per cápita registrados antes del estallido de la crisis, en 2008.
Las variaciones más positivas de sus proyecciones respecto a las del verano son de nuevo para la zona euro, con un aumento del 2,4 % en 2017 (tres décimas más que en junio) y del 2,1 % en 2018 (dos más).
Hay una leve mejora de una décima en las perspectivas para Estados Unidos (2,2 % en 2017 y 2,5 % en 2018).
Los indicadores del Reino Unido confirman su tendencia a languidecer en 2017 – una décima más, hasta el 1,5 % – y un leve repunte de dos décimas en 2018, hasta el 1,2 % gracias al impacto positivo resultante del periodo de transición acordado entre Londres y Bruselas para la salida del Reino Unido de la UE.
Otro de los gigantes de la economía mundial, China, mejora las proyecciones de junio con un aumento del PBI en 2017 del 6,8 % – dos décimas más – y del 6,6 % en 2018 – otras dos más – gracias a la pujanza del sector servicios y algunas industrias estratégicas.
Brasil, otro de los grandes países emergentes que no pertenecen a la organización, finalmente ha reiniciado su recuperación económica después de ocho trimestres seguidos a la baja y crecerá en 2017 el 0,7 % – lo mismo que lo esperado en junio – y el 1,9 % en 2018, tres décimas más que lo divulgado hace un semestre.
El endeudamiento en el sector privado y en los hogares genera preocupación en la OCDE, especialmente en países como China.
En las economías más avanzadas, se teme que el largo periodo de bajos intereses haya estimulado la toma de decisiones demasiado arriesgadas e inflado los precios del mercado inmobiliario, algo que según Gurría es un buen indicador de futuras recesiones.
“Los países altamente endeudados pueden ser vulnerables a choques financieros y ese endeudamiento puede lastrar el crecimiento económico a medio plazo”, avisó el organismo.
La OCDE también analizó el papel de los bancos centrales en este periodo de recuperación económica y aconsejó retirar los estímulos monetarios vigentes en los últimos años, aunque de manera gradual en caso de que la inflación – más baja de lo deseado – se deba a factores fuera del control de los bancos reguladores.
La OCDE, fundada en 1960, agrupa a 35 países miembros de todo el mundo con la misión de promover políticas que mejoren el bienestar económico y socia, y a ella pertenecen las naciones más desarrolladas y otras emergentes como México, Chile y Turquía.
(Fuente: EFE / Antonio Torres del Cerro)
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