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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump , pidió unidad tras la matanza con tintes antisemitas ejecutada por Rob Bowers en una sinagoga de Pittsburg (Pensilvania), en la que perdieron la vida once personas y otras seis resultaron heridas de diversa consideración.
“Ha sido un horrible tiroteo contra judíos americanos. No debe haber lugar para el antisemitismo en Estados Unidos, ni para ningún otro tipo de prejuicios”, dijo Trump durante un acto organizado por asociaciones agrícolas en Indiana.
Trump, que en el pasado ha sido acusado de fomentar la división en el país y de mostrarse poco contundente con los supremacistas blancos, llamó a todo el país a alzarse “por encima del odio” y a “dejar atrás” las divisiones para así poder abrazar el “destino común” del pueblo estadounidense.
“Este diabólico ataque antisemita es un ataque a la humanidad. Deberemos trabajar todos juntos para extraer el veneno del antisemitismo de nuestro mundo. Debemos unirnos para conquistar el odio”, concluyó Trump en un tuit publicado posteriormente.
En similar sentido se expresó también el gobernador de Pensilvania, Tom Wolf, quien durante una rueda de prensa sostuvo que “el antisemitismo no tiene cabida” en su estado.
“Cualquier ataque contra una comunidad de Pensilvania es un ataque contra toda la comunidad de Pensilvania”, añadió Wolf.
Estas declaraciones se produjeron después de que las autoridades confirmaran que el autor de la matanza es Rob Bowers, un vecino de Pittsburg de 46 años de edad y que frecuenta una serie de redes sociales populares entre grupos supremacistas estadounidenses.
“No puedo sentarme a ver cómo mi gente es aniquilada. Que se joda vuestro punto de vista. Voy a ello”, llegó a escribir el agresor esta mañana en su cuenta personal de Gab, un mensaje que fue posteriormente borrado por la compañía.
Estas palabras anticipaban lo que habría de ocurrir apenas unas horas después.
Armado con un fusil semiautomático y varias pistolas, en torno a las 10.00 hora local (14.00 GMT), Bowers entró a la sinagoga de la Congregación del Árbol de la Vida y comenzó a disparar de manera indiscriminada contra los parroquianos al tiempo que gritaba: “¡todos los judíos deben morir!”.
El templo se encontraba lleno porque en esos momentos se estaba celebrando un bautizo coincidiendo, además, con la jornada de descanso judía del sabat, que empieza al caer la noche del viernes.
Al llegar la policía, Bowers comenzó a disparar contra los agentes, hiriendo a cuatro de ellos antes de acabar entregándose a las autoridades.
El sospechoso tuvo que ser trasladado a un hospital para recibir cuidados médicos, informaron las autoridades, que han anunciado que en los próximos días se llevará a cabo un minucioso registro de la casa, el coche y las redes sociales del sospechoso.
De confirmarse que Bowers actuó por motivos antisemitas, podría ser acusado de un delito de odio que le enfrentaría a la pena de muerte.
Precisamente, debido a lo ocurrido en el templo, el presidente Donald Trump defendió hoy la necesidad de endurecer las leyes relativas a la pena de muerte en el país, algo que, según dijo, debería ser parte del debate nacional en estos momentos.
“Con tantos incidentes, en iglesias, templos… (los culpables) deberían pagar con el castigo último”, sostuvo.
Por contra, el mandatario rechazó que lo ocurrido deba servir para plantear un mayor control de armas en el país y aseguró que lo sucedido no sólo acontece en Estados Unidos, sino que afecta a otras muchas naciones.
“El mundo es violento. Es un mundo violento”, alegó.
Trump consideró, además, que la mejor manera de impedir la matanza podría haber sido la presencia de un vigilante armado en el templo.
“Si hubiera habido un guardia armado en el templo a lo mejor lo hubiera parado, a lo mejor no hubiera habido ninguna víctima o sólo él (el agresor)”, dijo.
(Fuente: EFE)