La Constitución de México ha sido reformada 707 veces desde su promulgación el 5 de febrero de 1917 (Pixabay)

La Constitución de México ha sido reformada 707 veces desde su promulgación el 5 de febrero de 1917 (Pixabay)

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Por: La Prensa
El 5 de febrero de cada año se celebra el Día de la Constitución Política de México. Y aunque este 2020, el Gobierno declaró el 3 de febrero como inhábil para que muchos ciudadanos pudieran tener un puente (sábado, domingo y lunes) con el fin de que puedan descansar y disfrutar de esta fecha, lo cierto es que su conmemoración tiene un trasfondo que va más allá.

Y no es para menos, pues este día se recuerda que en 1917 se redactó una nueva carta magna que reemplazó a la de 1857 y que hasta el día de hoy rige al país azteca.

Pero ¿por qué el 5 de febrero se celebra el Día de la Constitución mexicana? A continuación, te explicamos todo lo que debes saber.

¿QUÉ ES LA CONSTITUCIÓN MEXICANA?

La Constitución Política de México es la norma fundamental establecida para regir jurídicamente al país azteca, la cual fija los límites y define las relaciones entre los poderes de la federación: poder legislativo, ejecutivo y judicial; entre los tres órdenes diferenciados del gobiernoː el federal, estatal y municipal; y entre todos aquellos y los ciudadanos.

Asimismo, fija las bases para el gobierno y para la organización de las instituciones en que el poder se asienta y establece; en tanto que pacto social supremo de la sociedad mexicana, los derechos y los deberes del pueblo mexicano.

¿CÓMO SURGIÓ LA IDEA DE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN?

La intención de reformar la Constitución de 1857 surgió el 7 de agosto de 1901 cuando los hermanos Flores Magón, quienes fundaron el periódico jurídico de México Regeneración, criticaron la corrupción del sistema judicial en el régimen de Porfirio Díaz, algo que los llevó a la cárcel. Debido a que no podían publicar nada, arrendaron junto a un grupo de liberales el diario El Hijo del Ahuizote.

Es así que el 1903, durante el cuadragésimo sexto aniversario de la Carta Magna de 1857, el personal del periódico publicó: “La Constitución ha muerto”. Parte del texto decía: “Cuando ha llegado un 5 de febrero más y… la justicia ha sido arrojada de su templo por infames mercaderes y sobre la tumba de la Constitución se alza con cinismo una teocracia inaudita ¿para qué recibir esa fecha, digna de mejor pueblo, con hipócritas muestras de alegría? La Constitución ha muerto, y al enlutarnos hoy con esa frase fatídica, protestamos solemnemente contra los asesinos de ella, que con escarnio sangriento al pueblo que han vejado, celebren este día con muestras de regocijo y satisfacción”.

Aunque tuvieron que pasar siete años para que los conflictos sociales empezaran con fuerza en México, el resultado de las elecciones de 1910 dio inicio a un conflicto armado conocido como la Revolución Mexicana. Según los Tratados de Ciudad Juárez, tras la renuncia de Porfirio Díaz, Francisco León de la Barra ocupó la presidencia de México interinamente hasta que pudieran llevarse a cabo nuevos comicios en la que resultó ganador Francisco I. Madero en 1911.

Sin embargo, en 1913, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron asesinados tras el conflicto de la denominada Decena Trágica, y la presidencia la usurpó Victoriano Huerta. Venustiano Carranza, por entonces gobernador de Coahuila, formó el Ejército Constitucionalista y desconoció a Huerta, a quien derrocó en 1914.

Es así que el nuevo encargado del poder Ejecutivo expidió el 14 de septiembre de 1916 el decreto para convocar a un Congreso Constituyente, que se encargaría de reformar la Constitución vigente y elevar a rango constitucional las demandas exigidas durante la Revolución.

El 1 de diciembre del mismo año, el Legislativo abrió sesiones en el Teatro Iturbide, en la ciudad de Santiago de Querétaro, a las que fueron excluidos los villistas y zapatistas; sin embargo, fueron las demandas de estos los que orillaron a los diputados constituyentes a adoptar un constitucionalismo social; así se legaliza el reparto agrario.

PROMULGACIÓN

Tras dos meses de debates, el 31 de enero de 1917, el Constituyente cerró sesiones y el 5 de febrero se promulgó la nueva Constitución, bajo el nombre Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, que reforma la del 5 de febrero de 1857, que entraría en vigor el 1 de mayo del mismo año.

Aunque se mencionó que se iba a cambiar varios puntos, la nueva Carta Magna tomó como base fundamental los ordenamientos de la de 1857, especialmente lo referente a los derechos humanos, que los denominó “garantías individuales”; asimismo, agregó puntos del Programa del Partido Liberal Mexicano de 1906 y muchos más cambios para ajustarse a la nueva realidad social del país.

Forma de gobierno

En cuanto a la parte orgánica de la Constitución, la forma de gobierno siguió siendo republicana, representativa, democrática y federal. Se legalizó la división de poderes en Ejecutivo, Legislativo y Judicial y el Legislativo continuó dividido en dos cámaras: Senado y Diputados.

Innovaciones respecto a la Constitución de 1857

Se ratificó el sistema de elecciones directas, y se decretó la no reelección presidencial, se suprimió definitivamente la vicepresidencia. Se dio mayor autonomía al Poder Judicial y más soberanía a las entidades federativas.

En este marco se creó el municipio libre y se estableció un ordenamiento agrario en el país relativo a la propiedad de la tierra. Entre otras garantías, la constitución vigente determina la libertad de culto, la enseñanza laica y gratuita y la jornada de trabajo máxima de 8 horas, y reconoce la libertad de expresión y la libertad de asociación de los trabajadores.