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La estrategia del Gobierno para detener la producción de drogas en el Vraem ha cambiado. No solo el Ministerio de Agricultura se encargará de este problema, sino que también se pondrá pausa a la erradicación forzosa de la planta en la zona debido a que se perderían vidas humanas.
En entrevista con El Comercio, el jefe de la Comisión Nacional para el Desarrollo de la Vida sin Drogas (Devida), Alberto Otárola, resaltó el peligro al que se exponen los erradicadores en el Vraem, zona dominada desde hace años por el narcotráfico y los remanentes del terrorismo.
“No podremos en riesgo la vida de humildes obreros erradicadores. Tenemos razones de estado para saber que no existen las condiciones”, indicó Otárola. “Todos los estudios de inteligencia aconsejaban no entrar compulsivamente al Vraem, sino replantear eso (la estrategia)”.
El funcionario señaló que, a pesar de que no se tomarán medidas de fuerza, este semestre se erradicará voluntariamente unas 5 mil hectáreas en el Vraem. En total, el Ministerio de Agricultura se comprometió a aniquilar 30 mil hectáreas para este año, siete mil más que en 2013, de los cuales 13 mil ya han desaparecido.
Otárola se mostró de acuerdo con el derribo de las avionetas no identificadas que sobrevuelan el área cocalera, pero indicó que a las Fuerzas del Orden le faltan las herramientas para llevar a cabo esta labor.
“No tenemos los radares ni instrumentos para detectarlas”, señaló, asegurando que estos implementos fueron pedidos.
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