Los grupos criminales que presuntamente actúan en la Amazonía también usarían la violencia contra los defensores medioambientales y los líderes indígenas que viven y protegen la región. (Foto: EFE/Joédson Alves)

Los grupos criminales que presuntamente actúan en la Amazonía también usarían la violencia contra los defensores medioambientales y los líderes indígenas que viven y protegen la región. (Foto: EFE/Joédson Alves)

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La deforestación en la Amazonía brasileña creció un 80 % en septiembre pasado frente al mismo mes del año pasado, según un estudio privado divulgado este miércoles que cifra en 802 kilómetros cuadrados la masa forestal perdida en esa región.

El Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon), que analiza el mayor bosque tropical del planeta desde hace casi tres décadas, señaló en su informe que la mayor parte de la deforestación tuvo lugar en terrenos privados (48 %).

Otro 31 % ocurrió en asentamientos, mientras que el 14 % afectó a unidades de conservación protegidas y un 7 % a tierras indígenas.

Los estados brasileños más afectados por la tala de árboles en la Amazonía, que engloba un total de nueve entidades federativas, fueron Pará (53 %), Rondonia (13 %), Amazonas (11 %), Acre (11 %) y Mato Grosso (10 %).

Imazon es un instituto de pesquisas sin ánimo de lucro, compuesto por investigadores brasileños que usan la información suministrada por varios satélites para monitorear la Amazonía y divulgar datos sobre la deforestación en esa vasta región.

Organizaciones medioambientales y de derechos humanos afirman que detrás de la tala indiscriminada de árboles actúan redes mafiosas, que después queman esas zonas desforestadas para destinarlas a la ganadería y la agricultura.

En agosto, los incendios en la Amazonía brasileña fueron los peores de la última década, lo que fue denunciado por ONG internacionales, que culparon de ello al discurso antiecologista del presidente del país, Jair Bolsonaro.

No obstante, los focos de incendio disminuyeron en septiembre y octubre, aunque aumentaron de manera preocupante en el Pantanal, considerado como una de las mayores extensiones húmedas continuas del planeta.

Los grupos criminales que presuntamente actúan en la Amazonía también usarían la violencia contra los defensores medioambientales y los líderes indígenas que viven y protegen la región.

El viernes pasado, un “guardián del bosque” de una reserva del estado de Maranhao (nordeste) fue asesinado con un disparo en el rostro y otro resultó herido, en una emboscada perpetrada por presuntos madereros ilegales.

Según un informe del Consejo Indigenista Misionero (Cimi), un organismo vinculado a la Iglesia católica, las invasiones de tierras indígenas en Brasil subieron un 44 % en los nueve primeros meses de este año, que coinciden con el tiempo que Bolsonaro lleva en el poder, y ya superan a las registradas en todo 2018.

El líder ultraderechista es favorable a explotar los recursos minerales de la Amazonía junto con otros países.

En septiembre, durante su primer discurso en la Asamblea General de la ONU, afirmó que es una “falacia” decir que la Amazonía “es patrimonio de la humanidad”.

Fuente: EFE