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Los ministros de Justicia, Daniel Figallo, y del Interior, Daniel Urresti, llamaron a la calma a la población de la provincia cusqueña de La Convención que protesta por la muerte del alcalde del centro poblado de Kepashiato, Rosalío Sánchez, en un confuso accidente de auto esta mañana.
Un grupo de manifestantes afirma que policías introdujeron al burgomaestre en la maletera de un vehículo Station Wagon, junto a otras cuatro personas, y empujaron la unidad a las aguas del río Vilcanota, a la altura del puente Pavallo, cerca a la ciudad de Quillabamba.
Sin embargo, las autoridades negaron esta versión y afirman que el carro cayó por malas maniobras del conductor. El general Máximo Sánchez Padilla, jefe policial de la zona del Vraem, relató que un grupo de personas que bloqueaban la vía fueron intervenidas junto al vehículo y lo usaron para transportar a cuatro intervenidos.
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Para mayor seguridad, se dispuso que un policía vaya con ellos dentro del vehículo, pero, según Sánchez Padilla, el conductor se desvió hacia el caudal. El agente y dos ocupantes fueron rescatados.
“Que no quede impune la muerte de mi padre, él nunca ha sido agresivo”, declaró a RPP Noticias Rudy Sánchez, hijo de la autoridad edil. Los protestantes se movilizan en contra el proyecto del Gasoducto Sur Peruano.
Por la tarde, Figallo y Urresti señalaron que se investigan las causas del accidente. “Respetamos los derechos humanos de los manifestantes y de la población cuando se intervienen en los puntos críticos (…) Ya mi comando está tomando todas las medidas para reforzar todos los puestos, los manifestantes tienen que entender que se debe respetar el derecho a la libertad y el libre tránsito de los pobladores”, declaró el general.