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¡El colmo! Un operativo de la Municipalidad de Lima halló cabellos, bolsas sucias, cajas en mal estado y hielo industrial (destinado para la conservación de pescado y no apto para el consumo humano) en los puestos de ventas de raspadillas.
Una boleta encontrada en uno de los negocios demostró que el hielo era comprado a una empresa pesquera. Además, los depósitos en los que se almacenaba el jarabe para el preparado de la fresca golosina eran reciclados y algunos tenían hasta hongos, informó el noticiero El menú del día.
Los inspectores también constataron que los vendedores intervenidos no contaban con el permiso municipal para trabajar en la venta de raspadillas, no tenían carné de sanidad ni la indumentaria correcta.