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Miles de refugiados continuaron hoy entrando a la Unión Europea (UE) a través de Croacia, en la mayor crisis migratoria desde la II Guerra Mundial para la que, al fin, se espera una respuesta europea común en una importante cumbre de este miércoles.
Después del cierre húngaro de la frontera con Serbia la pasada semana, el flujo migratorio se dirigió a Croacia, país que envía desde hace cuatro días a los refugiados hacia Hungría, desde donde continúan su viaje a Austria y Alemania.
Unas 29.000 personas, en su mayoría procedentes de Siria, han llegado a Croacia en la última semana después de seguir la ruta de los Balcanes, que comienza en las costas griegas.
Según datos del Ministerio del Interior croata, sólo seis refugiados solicitaron asilo en ese país.
Durante el pasado fin de semana 21.000 refugiados llegaron a Austria y estimaciones oficiales prevén unas 5.000 entradas diarias esta semana, en una nueva muestra de que la transitada ruta balcánica no parece caer en desuso pese al descenso de las temperaturas por el inminente otoño.
La inmensa mayoría de los refugiados siguieron rumbo a Alemania y los países escandinavos, donde las condiciones de asilo son más favorables.
Mientras el éxodo humano no se detiene, los responsables europeos siguen debatiendo sobre el sistema obligatorio de cuotas, al que se oponen Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría.
Antes de la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y Gobierno de la UE, que tendrá lugar el miércoles, mañana será el turno de los ministros de Interior, que decidirán sobre ese sistema de reparto de refugiados propuesto por la Comisión Europea.
“Mañana será importante por la necesidad de encontrar una solución europea”, dijo hoy en Praga Jean Asselborn, ministro de Asuntos Exteriores e Inmigración de Luxemburgo, quien aseguró que propondrá “algo que los 28 países (de la UE) pueden aceptar”.
Los esfuerzos de Asselborn durante una reunión de dos horas con sus homólogos de Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría no modificaron la negativa de esos países al sistema de cuotas.
En Croacia las autoridades han levantado un centro de recepción de migrantes con capacidad para 4.000 personas en la localidad de Opatovac, cerca de la frontera con Serbia.
Allí tienen previsto registrar a los solicitantes de asilo y organizar su transporte hacia otros países.
Desde ese lugar el ministro del Interior croata, Ranko Ostojic, consideró inaceptable que Grecia permita que decenas de miles de refugiados lleguen a través de su territorio al resto de Europa.
“Esta situación, en la que Grecia vacía sus campamentos y manda a los refugiados a Macedonia, Serbia y Croacia, es absolutamente inaceptable”, criticó.
Ostojic avanzó que demandará mañana a los ministros del Interior europeos que el flujo de refugiados hacia los Balcanes se detenga en Grecia y Turquía.
El responsable croata pidió a la UE establecer “puntos de acceso” en Turquía, donde los refugiados puedan presentar sus demandas de asilo.
En Hungría el primer ministro nacionalista, Viktor Orbán, aseguró en el Parlamento que millones de refugiados “asedian” las fronteras de su país y de Europa, lo que supone un peligro para el continente.
Fiel a su retórica hostil a los migrantes, consideró que la controvertida valla anti-refugiados que Hungría levantó en sus fronteras es una medida necesaria y reiteró que la mayoría de los recién llegados vienen por razones económicas.
Horas después de las palabras de Orbán, el Parlamento húngaro aprobó la legislación que permite al Ejército apoyar el trabajo de la Policía en la vigilancia de las fronteras.
Los soldados podrán utilizar armas no letales y métodos coercitivos, comprobar la identidad y participar en el control fronterizo, así como bloquear carreteras o limitar el tráfico.
La ley autoriza a los soldados el uso de material antidisturbios como pelotas de goma y gas lacrimógeno, pero sólo podrán emplear armas de fuego si sus vidas corren peligro.
La legislación salió adelante gracias a los votos de la formación conservadora de Orbán y el apoyo del partido ultraderechista Jobbik.
El Gobierno magiar ha pagado hoy un anuncio a toda página en el diario An-Nahar, el de mayor circulación de Líbano, para advertir a los refugiados que entren en Hungría de forma ilegal de que afrontarán penas de cárcel con las leyes aprobadas la pasada semana.
Y en Austria, que aplica por el momento una política de puertas abiertas a los refugiados junto a Alemania, el Gobierno debate establecer la figura legal del asilo “temporal”, mientras dure el conflicto que pone en peligro la vida de los refugiados.
Además, la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner, criticó el “oportunismo” de algunos refugiados que no buscan “seguridad”, sino “optimizar” sus opciones de asilo en el país con mayores ventajas.
Fuente: EFE
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Posted by La Prensa on Lunes, 21 de septiembre de 2015