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La pandemia por COVID-19 ha generado pérdida de empleos, negocios que han tenido que cerrar, ocasionando que los ciudadanos atraviesen dificultades económicas y, con esto, la posibilidad de retrasos en el pago de sus deudas, lo cual aumentaría los intereses y comprometería los récords crediticios.
Ana Vera, CEO de Grupo Kobsa empresa peruana especializada en servicios financieros, señala que es muy importante que las cuotas no superen el 30% de los ingresos al momento de que una persona natural decida adquirir un financiamiento. Por su parte, en el caso de las mypes, se debe considerar la proporción de los ingresos que se obtengan con las deudas, para evitar las penalidades como intereses moratorios. Todo esto con el objetivo de no caer en sobreendeudamientos, tener las tarjetas de crédito al tope o no tener capacidad de pago.
¿Qué hacer cuando no se pueden pagar las deudas?
Según la especialista, lo primero que debe hacer es tener claro cuánto debe y a qué entidades debe. En segundo lugar, recomienda definir su presupuesto mensual, es decir, tener claro el monto que gana, lo que debe, los gastos ‘hormiga’ que puede empezar a suprimir (el dinero que se consume innecesariamente) y establecer si está en condiciones de generar alguna capacidad de ahorro. Ahora bien, lo ideal en una situación como esta es acercarse a la entidad financiera con la que se tiene la deuda y solicitar una reprogramación o congelamiento de esta.
El refinanciamiento de deuda es una alternativa que el banco ofrece a un deudor, cuando ya ha tenido un problema de impago. Se puede acceder a esta opción por solicitud del cliente, cuando advierte que tiene problemas para cumplir con el contrato inicial. De este modo, se busca trazar un nuevo calendario de pago, modificar los intereses y condiciones para que el deudor pueda cumplir con las obligaciones. En otras palabras, se genera un nuevo contrato en relación con el pago de la deudas.
En la segunda figura, los bancos establecen un periodo de congelamiento de 90 días para créditos de consumo, personal, mypes y vehicular. De este modo, las cuotas que se habían solicitado se fraccionan en un nuevo préstamo, sin intereses o comisiones adicionales.
¿Reprogramar afecta el historial crediticio?
“Reprogramar tus cuotas no afectará tu calificación en el sistema financiero, pero se debe tener bien claro que esto es solo una solución temporal, no se puede estar reprogramando constantemente. Si no se cuenta con el dinero para pagar, deben buscarse otras alternativas, como el congelamiento o la refinanciación, aunque esta última sí perjudica el historial crediticio”, explicó Marcelino Encalada Viera, gerente de Negocios de Caja Piura.
1. No esperes que la entidad financiera se comunique contigo ante una cuota atrasada, adelántate e infórmate de otras opciones de pago.
2. Es mejor reprogramar la deuda que pagar los montos mínimos, sobre todo con deudas de las tarjetas de crédito.
3. Revisa nuevamente tus ingresos y egresos para que veas qué gastos puedes eliminar o reducir para poder cumplir con tus cuotas mensuales.
4. No pidas un crédito para pagar otro, si no puedes con uno, menos podrás con dos. Caerás en un círculo vicioso.