Síguenos en Facebook
Por: La Prensa
Coronavirus | En el contexto actual de cuarentena en que los niños deben estudiar desde casa y realizar tareas, las madres que solían trabajar en oficinas ahora deben compatibilizar sus funciones laborales con las del cuidado de su menor de manera simultánea. Sin embargo, es un gran reto saber cómo actuar cuando a un niño se le diagnostica TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), especialmente con el aislamiento social.
Según Carla Olivieri, rectora de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL), cuando tu hijo tiene o sufre de hiperactividad, estos esfuerzos se multiplican. Indica que, con el tiempo, te conviertes en una verdadera experta y los ayudas a mejorar su rendimiento, a la vez que aprendes de su experiencia.
Destaca que es importante preparar a nuestros hijos para enfrentar el mundo con una mirada optimista y con esperanza para que puedan no solo minimizar las dificultades, sino también potenciar sus grandes capacidades. Precisa que, debido la velocidad con la que avanza el mundo, cada vez más se requiere de personas multitaskers, que se adapten fácilmente al cambio y les fascine los desafíos.
Por ello, Olivieri, brinda cuatro consejos que toda mamá debe considerar para ayudar a sus hijos hiperactivos en su desarrollo:
1. Escoge tus batallas.
Genera un clima positivo para que disfruten más entre ustedes, y así el niño esté más dispuesto a cumplir con sus clases y tareas. Intenta reducir las llamadas de atención a lo que es estrictamente necesario.
2. Organización + “Game-ificación”.
Lo más difícil de estudiar a distancia es organizarse. Dedica algunos minutos diariamente a definir juntos un listado de los objetivos del día. Ponle puntos a cada uno y posibles premios. Al final del día que te reporte su puntaje y que te cuente su proceso para cumplir con las metas.
3. Delega el “machaque”.
En momentos de tensión, como tratar de que los hijos se vistan a tiempo, ordenen sus juguetes o cumplan alguna tarea, generalmente los padres estamos como sargentos vigilando y advirtiendo a los hijos: “si no terminas tal cosa, vas a ver…”. Mejor cómprate un reloj de horno (esos que se usaban antes) y dile a tu hijo que tiene que cumplir con lo indicado antes de que suene la alarma. Así le delegas al reloj ser el malhumorado supervisor y lo haces divertido, a la vez que mantienes una buena relación con tu hijo.
4. Píntale un futuro inspirador.
Desde pequeño, haz que desarrolle un sentido de propósito. Pídele que te haga un cuento o un dibujo de cómo se imagina ser de grande, que te lo describa y explícale cómo sus estudios de hoy le van a ayudar a hacer ese sueño realidad.