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El Gobierno de Alexis Tsipras y la Iglesia ortodoxa griega dieron hoy un primer paso hacia una clara separación de poderes y acordaron, entre otras medidas, que los clérigos dejen de ser considerados funcionarios del Estado.
Tras una reunión con el arzobispo de Atenas y toda Grecia, Jerónimo II, Tsipras afirmó que el objetivo es crear un marco legislativo que “resuelva problemas históricos”, regule el papel de la Iglesia y “refuerce su autonomía frente al Estado”.
El acuerdo forma parte de la intención del Gobierno de otorgar a la Iglesia un papel “neutral”.
Aunque de iure Grecia es un Estado laico, de facto la Iglesia ha tenido hasta ahora un poder fáctico, con numerosos privilegios, como el de estar exenta del pago del impuesto sobre bienes inmuebles (IBI), un beneficio que el Tribunal Supremo Administrativo anuló hoy parcialmente.
Según la sentencia de este tribunal, de ahora en adelante solo quedarán exentos del IBI los lugares de culto, pero no los monasterios.
Aunque el acuerdo sellado entre Tsipras y Jerónimo contempla que los clérigos dejen de ser considerados funcionarios, el Estado seguirá corriendo con sus remuneraciones salariales, aunque de forma indirecta.
Así, el Estado se compromete a pagar anualmente a la Iglesia en forma de subsidio “la cantidad correspondiente al costo salarial de los sacerdotes activos”.
El subsidio anual se pagará a un fondo especial que estará administrado conjuntamente por la Iglesia y el Estado.
Fuente: EFE