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Cientos de refugiados llegaron en la noche del lunes a Baviera en Alemania en trenes procedentes de Hungría y de Austria luego de que la policía húngara dejara sorpresivamente de impedir el acceso de los migrantes a los trenes con destino al oeste de Europa.

En el primero de los trenes viajaron unos 400 refugiados. En la localidad de Rosenheim la policía alemana detuvo la formación y llevó a unas 190 personas a un antiguo cuartel para su registro. Otros alrededor de 200 pudieron seguir viaje rumbo a Múnich. Allí fueron registrados a su arribo en una sala adjunta. Por la noche, otros dos trenes con refugiados llegaron a la estación central de Múnich.

El ambiente allí era entre “tranquilo” y “eufórico”, comentó un portavoz. Muchos refugiados gritaban a su llegada “Thank you, Germany” (Gracias, Alemania) o “We love you, Germany” (Te queremos, Alemania). Algunos alemanes que estaban en el lugar recibieron a los refugiados con agua y alimentos.

La policía estimó que hasta la medianoche arribaron entre 500 y 600 migrantes a Múnich. Algunos fueron registrados directamente, otros fueron llevados en autobuses a centros de acogida. Por el momento no estaba claro si por la noche estaba previsto el arribo de más trenes.

Según la organización Migration Aid, en las diferentes estaciones de Budapest había hasta 2.000 solicitantes de asilo, porque las autoridades locales ya no daban abasto para derivarlos a algún centro de acogida.

Según el reglamento de Dublín, el estado de la UE al que primero llega el refugiado es el responsable del proceso de solicitud de asilo. La Comisión de la UE advirtió a Hungría que debe cumplir con la normativa europea y registrar las huellas dactilares de todos los migrantes que llegan al país.

Gran parte de ellos proviene de zonas en guerra como Siria o el norte de Irak o de dictaduras como Eritrea. Aproximadamente un 40 por ciento proviene de los Balcanes y tiene pocas posibilidades de recibir un permiso de permanencia.

Para ellos, Baviera abrirá este martes el primer centro de acogida para refugiados de los Balcanes. En un antiguo cuartel cerca de Ingolstadt, serán alojados unos 500 refugiados del sudeste de Europa. Allí se intentará acelerar los procesos en estrecha colaboración con las autoridades. La meta es devolver a sus países de origen lo más rápidamente posible a aquellos cuya solicitud de asilo sea rechazada.

Según los pronósticos oficiales del gobierno alemán, este año se espera en Alemania la llegada de 800.000 solicitantes de asilo.

(Fuente: DPA)