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Más de 100.000 turistas han visitado este año la zona de exclusión de la central atómica ucraniana de Chernóbil, escenario de la mayor catástrofe nuclear de la historia, estableciendo así un “nuevo récord” en lo que va de 2019.
“Desde los comienzos del año hemos registrado 107.000 visitantes en la zona de exclusión”, de unos 30 kilómetros alrededor de la planta accidentada en 1986, señaló la Agencia Estatal ucraniana para la Gestión de la Zona de Exclusión en su página de la red social Facebook.
Entre enero y febrero menos de 3.000 personas acudieron a ver el lugar del mayor accidente nuclear de la historia, pero a partir de marzo el número de turistas empezó a crecer, una tendencia que solo fue en aumento tras el estreno de la serie de HBO “Chernobyl” en mayo pasado.
Otras razones que atraen a los visitantes, según las autoridades ucranianas, son la eliminación de las trabas para viajar a la zona y la mejora de infraestructuras.
La agencia Estatal para la Gestión de la Zona de Exclusión ha aprobado 21 rutas para los turistas en la zona de exclusión: 13 rutas terrestres, cinco acuáticas y tres aéreas.
En general, el flujo de turistas a la zona ha aumentado notablemente en los últimos años y, según dijo en abril el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales de Ucrania, desde 2015 las visitas se han multiplicado por diez.
La gran parte de los visitantes – el 80 %- son turistas extranjeros, principalmente del Reino Unidos (15.738 personas), Polonia (9.387 personas), Alemania (7.826 personas), Estados Unidos (5.580 personas) y República Checa (4.063 personas).
En lo que va de año, la zona de exclusión de Chernóbil también fue visitada por 22.468 turistas procedentes de otras partes de Ucrania, según fuentes oficiales.
Por otra parte, este viernes la Policía ucraniana informó a través de un comunicado sobre la detención de “seis hombres que entraron ilegalmente (en la zona de exclusión de Chernóbil) con fines de turismo extremo”.
Los infractores tienen entre los 20 y los 46 años de edad y todos son residentes de Kiev, precisaron en la Policía.
De acuerdo con evaluaciones oficiales, la explosión ocurrida en la madrugada del 26 de abril de 1986 esparció hasta 200 toneladas de material con una radiactividad de 50 millones de curies, equivalente a 500 bombas atómicas como la lanzada en Hiroshima.
La radiación continúa afectando a miles de habitantes de Bielorrusia, Ucrania y Rusia, donde se halla el 70 % de los casi 200.000 kilómetros cuadrados de terrenos contaminados.
(Efe)