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La ciudad de Río de Janeiro (Brasil) fue escenario el martes de violentas protestas en contra del paquete de medidas de austeridad que era debatido en la Asamblea Legislativa local.

Los manifestantes se enfrentaron a la policía militar en el frontis de la sede legislativa, que fue atacada con piedras y bombas caseras que fueron lanzadas por los revoltosos. Por si fuera poco, los alzados quemaron llantas en las pistas e hicieron lo propio al interior de diversos negocios y locales.

La policía tuvo que emplear balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a la turba y retomar el control de la zona.

La televisión brasileña mostró imágenes del interior de la sede oficial donde algunos legisladores tuvieron que emplear máscaras quirúrgicas debido a los gases tóxicos. En las calles, los manifestantes y los policías antimotines libraron un fuerte enfrentamiento que dejó como resultado ocho agentes heridos y más de 10 ciudadanos en esa misma condición.

Las protestas contra las medidas de austeridad obedecen a una crisis por la cual miles de trabajadores y cesantes públicos no han recibido sus salarios o lo han recabado pero con varios meses de retraso.

La ciudadanía teme que los recortes que son debatidos en la Asamblea Legislativa le quiten recursos a la Policía, en momentos en que la inseguridad ciudadana mantiene en vilo a todos los habitantes de Río de Janeiro.