Síguenos en Facebook
Desde hace diez años, el tercer lunes de enero es catalogado como el día más triste del año. Por tal motivo, si se siente desanimado, decaído o no tiene ganas de realizar actividades, puede justificarlo en la ciencia.
Todo empezó en 2005, cuando una empresa de viajes pagó a un psicólogo británico llamado Cliff Arnal para elaborar una fórmula matemática que adivinara cuál era el día más triste del año. Así nació el ‘Blue Monday’.
El investigador de la Universidad de Cardiff utilizó para su análisis diversos aspectos que pueden causar depresión: largas noches, mucho frío, variaciones en el clima, la necesidad de pagar impuestos y la caída del estado de ánimo después de las celebraciones navideñas.
‘The Huffington Post’ cita a la psicóloga del deporte y de la salud Patricia Ramírez, quien asegura que “emociones como la tristeza y la ansiedad surgen cuando las personas se sienten ante una amenaza”, como por ejemplo afrontar el pago de las compras realizadas con tarjetas de crédito”.
Agregó que “si una persona dirige su foco de atención a todo lo que resta (clima, inicio de la rutina, volver al trabajo, dormir menos, más responsabilidades) y no tiene en cuenta todo lo que suma (ser afortunado por trabajar, tener capacidad económica para responder al gasto de la tarjeta, reencontrarte con compañeros de trabajo con los que compartir los momentos vividos en vacaciones), lo normal es que se encuentre triste”.
Para Patricia Ramímez es vital pensar que “si damos más valor a lo que nos falta que a lo que tenemos, nos sentimos mal. El valor, lo que apreciamos, aquello de lo que hablamos y compartimos con los demás, es una elección. Tú decides si sumas o restas”.