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La líder opositora y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, advirtió este domingo ante decenas de miles de seguidores que “hay que estar vigilantes” contra un posible fraude en las elecciones del próximo domingo en Birmania (Myanmar).

“No necesitamos recurrir a juego sucio. Lo único que tenemos que hacer es estar vigilantes”, afirmó Suu Kyi en el más multitudinario mitin celebrado por su partido, la Liga Nacional para la Democracia (NLD), en la campaña electoral, según recogen medios locales.

“El pueblo es nuestra fuerza”, proclamó Suu Kyi durante la concentración, convocada en la antigua capital del país, Rangún.

Unos 35 millones de birmanos están llamados a votar el próximo día 8 en las primeras elecciones generales que tendrán lugar en Birmania bajo un Gobierno democrático desde los años sesenta.

La NLD de Suu Kyi se perfila como el partido ganador, según los analistas, aunque su líder no puede aspirar a convertirse en presidenta, ya que la Constitución prohíbe a los candidatos a la jefatura del Estado tener marido o hijos extranjeros.

Hija del héroe de la independencia birmana, Aung San Suu Kyi, la líder opositora estuvo casada con un británico (fallecido en 1999) y sus dos hijos tienen pasaporte del Reino Unido.

No obstante, Aung San Suu Kyi ha adelantado que, si la LND gana las elecciones, ella liderará el país “sea o no sea presidenta”.

La Nobel de la Paz repetirá como candidata a la Cámara baja, donde ocupa un escaño desde las elecciones parciales de 2012.

El oficialista Partido para el Desarrollo y la Solidaridad de la Unión (USDP) del actual presidente, el ex general Thein Sein, se perfila como el principal rival del LND en las urnas.

Sein no ha confirmado, sin embargo, si volverá a optar a la jefatura del Estado, que ocupa desde 2010.

El presidente es elegido en un complejo proceso que puede alargarse hasta marzo del año que viene.

Cerca de 3.000 observadores locales y 300 extranjeros, incluido un equipo de la Unión Europea, supervisarán el voto en unos 46.000 colegios electorales, en los que concurren unos 90 partidos y más de 6.000 candidatos en todo el país, de mayoría abrumadora budista.

La minoría musulmana, compuesta por algo menos del 5 por ciento de la población, ha sido parcialmente marginada del proceso electoral, lo que ha merecido fuertes críticas por parte de organizaciones de defensa de los derechos humanos.

(Fuente: EFE)


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