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En su última jornada al mando del Vaticano antes de renunciar, el papa Benedicto XVI hizo un llamado a la unidad de la Iglesia católica en torno a su sucesor y prometió obediencia “incondicional” al próximo pontífice.
“Seguiré estando cerca de ustedes en la oración, especialmente en los próximos días (…) mientras eligen al próximo Papa al que declaro hoy mi reverencia y obediencia incondicional”, afirmó a los cardenales reunidos para despedirlo.
Joseph Ratzinger, que a las 8 pm de Roma (19.00 GMT) dejará de ser jefe de la Iglesia católica, destacó la cercanía, solidaridad y consejos recibidos de los cardenales en sus ocho años de pontificado. “Hemos intentado servir a Cristo y a su Iglesia con amor profundo y total, que es el alma de nuestro ministerio”, expresó.
Este fue el único acto, de carácter privado, previsto para hoy por Benedicto XVI en su último día de pontificado. Tras el almuerzo, abandonará el Palacio Pontificio del Vaticano y se trasladará a la villa Pontificia de Castel Gandolfo, a 30 km al sur de Roma, donde se alojará hasta que estén acabadas las obras de restauración del convento de monjas de clausura existente dentro del Vaticano, donde vivirá.