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Autoridades policiales y trabajadores despedidos de la fábrica que la estadounidense PepsiCo Snacks cerró recientemente en Argentina protagonizaron hoy incidentes durante el desalojo de un campamento sindical frente a la planta de la empresa en la provincia de Buenos Aires.

En la mañana de este jueves 300 uniformados de Gendarmería e Infantería trataron de dispersar al centenar de trabajadores que se concentran desde hace dos semanas a las puertas y en la recepción de la fábrica, ubicada en la localidad bonaerense de Vicente López, confirmaron a Efe fuentes policiales.

Los manifestantes y algunos periodistas denunciaron golpes y ataques con balas de goma por parte de las autoridades durante el operativo, tras el que quedaron detenidas diez personas, revelaron a Efe desde la comisión sindical interna de la planta.

La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, dijo en conferencia de prensa que “la policía hizo lo que tenía que hacer, actuar para cumplir con la orden judicial, desalojos que se cumplen con el menor uso de la fuerza posible”.

Además, el par de Bullrich en la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, denunció que “hay 15 policías heridos” a causa de “sectores que usan la violencia como negocio político” lanzando cubos de pintura, piedras y un extintor, en declaraciones al canal de televisión Todo Noticias.

La comisión sindical de la planta aseguró que, aunque ya se controló la situación, el ambiente continúa “tenso”, ya que la Policía todavía está apostada frente a la fábrica y los trabajadores van a realizar una reunión para tratar de encontrar una solución al conflicto.

El fiscal que solicitó el desalojo, Gastón Larramendi, señaló a la agencia estatal Télam que el campamento supuso una “usurpación ilegal” y dijo que había “riesgo ambiental” por los tanques de aceite y combustible en el interior de la fábrica.

El pasado 20 de junio y mediante un cartel en la puerta de la fábrica, los 600 empleados de PepsiCo Snacks en la localidad bonaerense de Vicente López se enteraron de que no volverían a sus puestos.

El cierre fue “preanunciado” por la empresa, que, desde que compró otra planta en Mar del Plata (a 400 kilómetros de la capital argentina), había trasladado allí la mayor parte de su producción.

Desde la comisión interna señalaron a Efe que los despedidos piden que la fábrica abra sus puertas porque el cierre es “completamente ilegal” y revelaron que ya han presentado una denuncia ante la Justicia para que sea revocado.

En ese sentido, reclaman a PepsiCo Snacks que les devuelvan sus puestos de trabajo y al Gobierno de Mauricio Macri que “se haga cargo de esta brutalidad”.

Por su parte, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, afirmó hoy en declaraciones a la prensa que el Estado “está trabajando” para que el conflicto se resuelva “de la mejor manera”.

EFE