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Berlín. El Consejo de Ministros de Alemania aprobó este miércoles dos proyectos de ley para reglamentar la inmigración de trabajadores de países de fuera de la Unión Europea (UE) y cubrir las carencias de mano de obra que afectan a la economía alemana.
“Es un día histórico. Hemos logrado dejar atrás treinta años de debates ideológicos sobre una ley de inmigración”, dijo el ministro de Economía, Peter Altmeier, que presentó los proyectos de ley junto con sus colegas de Interior, Horst Seehofer, y Trabajo y Seguridad Social, Hubertus Heil.
“Sabemos que la economía alemana necesita mano de obra de terceros países. Naturalmente primero hay que recurrir al potencial que hay en Alemania y en la UE pero eso no es suficiente”, dijo Seehofer.
El primero de los dos proyectos abre la posibilidad a ciudadanos de países de fuera de la UE a venir a Alemania a buscar trabajo, siempre y cuando tengan conocimientos del idioma y tengan una formación laboral o universitaria que haga pensar que puedan integrarse en el mercado laboral.
“Queremos inmigrantes que ocupen puestos de trabajo y no que vengan a cobrar el seguro de paro”, dijo Seehofer.
El segundo proyecto apunta a los solicitantes de asilo cuya petición haya sido rechazada pero que por diversas razones no pueden ser expulsados del país y hayan hecho progresos en su integración.
Con el cumplimiento de ciertos criterios – haber trabajado al menos 18 meses, no haber delinquido y que no haya dudas sobre la identidad- a esas personas se les otorgará un permiso temporal de trabajo que, tras 30 meses, se puede convertir en definitivo.
Según Seehofer, esa medida afecta a un grupo al que actualmente pertenecen cerca de 180 mil personas.
El ministro de Trabajo, Hubertus Heil, recordó, por su parte, que actualmente en Alemania hay 1,2 millones de puestos de trabajo que no pueden ser ocupados por falta de personal capacitado ante lo cual el Gobierno ha desarrollado una estrategia con tres pilares.
El primer pilar es mejorar el potencial que hay en Alemania, el segundo la aportación de los trabajadores de la UE – sin los cuales, según Heil, la economía alemana habría frenado su crecimiento- y finalmente las dos leyes de inmigración que tendrán que pasar ahora el trámite parlamentario.
Con respecto al segundo proyecto, que afecta a los refugiados, Heil señaló que “lo fundamental es que no expulsemos a la gente equivocada”.
Fuente: EFE