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Por: José Miguel Silva
Si lleváramos la situación actual de Susana Villarán al terreno futbolístico,¿está la alcaldesa en el segundo tiempo, en el tiempo extra o empatando el partido?
A ver, como un sufrido hincha de la selección peruana, yo te diría que se parece a esos partidos que estás empatando y de pronto le dan al rival un córner en el minuto 44.
En 2010 hablabas de los miedos creados sobre Villarán, desde su cercanía con el Sutep hasta su alianza con Patria Roja. Hoy la alcaldesa no está contra las cuerdas por esas dos razones, sino por otras. Son los choferes de combi, los comerciantes de La Parada y los taxistas informales quienes firmaron para sacarla. Ya ni se habla del partido radical. ¿Te sorprendió este pequeño frente anti Susana?
Es interesante, sí, pues los miedos eran ideológicos pero la revocatoria es bien práctica. Ahora, el frente no es tan pequeño. Una vez que le sumas los medios de comunicación, los partidos más organizados, ya es un frente considerable, poderoso.
¿Y te sorprende?
Un par de cosas me sorprenden en todo este proceso. No imaginé que nuestra izquierda era tan caída del palto ni que nuestra derecha fuese tan cínicamente corta de miras. O sea, a pesar de que siempre he visto nuestro sistema político con unos lentes pesimistas y sin esperar casi nada de nuestras élites políticas, esta coyuntura me obliga a recalibrarlos a la baja.
Recuerdo a gente del entorno de Villarán que a unos meses de haber iniciado su período edil ya hablaban de la posibilidad de una gestión de ocho años. Hoy tienen que volver a hacer campaña pero para que no los saquen antes de tiempo. ¿Esta gestión edil ha fracasado? ¿Quién o quiénes es el principal responsable de esto?
El primer deber de un político es mantenerse en el poder, el resto es verso. Tus grandes ideales no sirven de nada si no eres capaz de leer correctamente el contexto político en el cual te toca sobrevivir y gobernar. El fracaso o el éxito de tu gestión son secundarios frente a tu obligación principal que es mantenerte en el poder. Y si esto está en riesgo la responsabilidad crucial es, sin duda, de Susana Villarán. Luego puede haber otras, pero son secundarias. Si la revocan, será un gran fracaso.
Agustín Mantilla esta semana se expresó a favor del ‘Sí’. Toledo le da la contra al Apra y Lourdes va por el ‘No’. Todos han salido a bailar esta danza pero nadie sale a debatir una verdadera reforma electoral que mejore las consultas populares. ¿Qué sensación te deja este hecho?
La revocatoria se ha vuelto como un partido amistoso en medio de una temporada en la que no hay ningún campeonato importante. Todavía están lejos las elecciones regionales que vendrían a ser como una Copa América y más lejos la elección presidencial que sería como el Mundial. La revocatoria sirve para probar jugadores, foguear calichines, ensayar técnicos y estrategias. La revocatoria es un amistoso para todo el mundo, menos para Villarán.
Vamos a otro tema: el éxito de los revocadores. La ciudad ha visto todas las irregularidades de este proceso y sin embargo no se observa una indignación popular, una efervescencia a lo ’4 suyos’ ni nada cercano. ¿Qué le pasa a un limeño por la cabeza para ‘hacerse el loco’ ante todo esto?
Para hacer los 4 suyos hubo que esperar 10 años del gobierno más corrupto de la historia del Perú. El Perú es un país donde es bien difícil movilizar a la gente. Y de verdad yo no sé qué le pasa al limeño por la cabeza, para qué te voy a mentir.
Las campañas del ‘No’ y del ‘Si’. Magaly Solier y su frase ‘Limeños no nacidos en Lima’. Marco Tulio y su ‘muchos blanquitos’. Mulder tildando a Villarán de ‘La alcaldesa de los ricos’. Dammert y su ‘polémica frase’. ¿Por qué este proceso terminó siendo un concurso para ver quién lanza la frase más desatinada?
Yo siempre digo que el Perú no ha llegado a la edad de la ciencia política. ¡Y con esta revocatoria voy a empezar a decirlo en serio! Escuchar a una política de izquierda implorándole a la derecha que no se aproveche de las diferencias de clase ya es muy psicotrópico, alucinante. Pero tiene que ver con que todavía no estamos pues en esa etapa en que se puede hablar de política a partir de ideas y organizaciones, sino desde castas y razas. En realidad hemos empeorado, a menos partidos más raza. Somos bastante premodernos, aunque el parque automotor sugiera otra cosa.
Quizás el 17 de marzo Susana se quede como alcaldesa y concluya su gestión en el tiempo que la ley manda. ¿Gana algo nuestra democracia luego de esta experiencia de ver a la alcaldesa de ‘Lima’ contra las cuerdas y salvándose al último segundo?
Te veo optimista. No, aquí todo el mundo pierde. Este proceso ha incluido en el sistema peruano una última cucharada de incertidumbre. Los mismos que han defendido durante veinte años la sacra y santa estabilidad la han dinamitado ahora sin ningún pudor. Es curioso que el fujimorismo, que es una fuerza tradicionalmente anti-institucionalista, se abstenga de tomar posición frente a la revocatoria, mientras que los supuestos liberales de los medios limeños la apoyen abiertamente. Seguramente porque el fujimorismo, de cara a la elección 2016, tiene interés en disminuir su asociación con la corrupción. Pero hay otros a los que les da igual seguir asociados a la corrupción como lo han estado toda la vida.
¿Qué lección general te deja el proceso de revocatoria?
El sistema político, vale decir las instituciones y los actores políticos, deberían poder defenderse exitosamente de un pedido de revocatoria que es irracional y malintencionado. Si no puede defenderse de un ataque tan transparentemente malintencionado e irracional, nuestro futuro político quedará preñado con estas semillas de mala leche.