Los países en desarrollo sufrirán más el desabastecimiento. (Foto: EFE)

Los países en desarrollo sufrirán más el desabastecimiento. (Foto: EFE)

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El suministro de agua se reducirá drásticamente hacia 2050 en muchas regiones del planeta, principalmente en países en vías de desarrollo, advierten la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Consejo Mundial del Agua (CMA).

En el informe Hacia un futuro con seguridad hídrica y alimentaria, se estima que el agua alcanzará para los 9.000 millones de habitantes que tendrá la Tierra. Sin embargo, amenazan al líquido el consumo excesivo, la degradación de los recursos y el impacto del cambio climático.

El documento recalca la vitalidad de una producción agrícola, pesquera y ganadera sostenible, en la que se cuide y vigile el uso del agua. A continuación extractos de la exposición de los expertos en la presentación del estudio el martes 14 en VII Foro Mundial del Agua en Daegu y Gyeongbuk, Corea del Sur.

1. “La seguridad alimentaria e hídrica están estrechamente unidas. Con enfoques locales e inversiones adecuadas, los líderes mundiales pueden asegurar que habrá suficiente volumen de agua en 2050”.

2. “El objetivo es que la calidad y acceso al agua garanticen la seguridad alimentaria en 2050 y más allá”.

3. “La esencia del problema en torno al agua es adoptar programas que incluyan inversiones con beneficios a largo plazo, como la rehabilitación de infraestructuras”.

5. “La agricultura tiene que seguir el camino de la sostenibilidad y no el de la rentabilidad inmediata”.

6. “En una época de cambios acelerados y sin precedentes, nuestra capacidad para proporcionar una alimentación adecuada, inocua y nutritiva de forma sostenible y equitativa es más relevante que nunca”.

7. “El agua, como elemento insustituible para la consecución de una nutrición adecuada, ya está bajo presión por la creciente demanda de otros usos, agravada por una débil gobernanza, falta de capacidad y falta de inversiones”.

8. “Este es el momento oportuno para replantear nuestras políticas públicas, marcos de inversión, estructuras de gobernanza e instituciones. Estamos entrando en la era del desarrollo post 2015 y deberíamos caracterizarla con compromisos sólidos con respecto al agua”.