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DEVASTADOR. Huaraz, Yungay, Ranrahirca y Chimbote quedaron en ruinas por el terremoto y aluvión de Áncash registrado el domingo 31 de mayo de 1970.
El sismo fue de 7,9 grados en la escala Magnitud Momento y es considerado el más destructor en la historia del Perú por el aluvión que le siguió al desprenderse parte del nevado Huascarán, que arrasó con varias poblaciones, siendo la más emblemática la ciudad de Yungay.
Se calcula que unas 70.000 personas fallecieron producto de la tragedia en el Callejón de Huaylas. Dos años después, el Gobierno creó el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), que tiene como misión preparar a la población para actuar en caso de un sismo.
Cada 31 de mayo se realizan simulacros de sismo en colegios a nivel nacional como medida de prevención ante posibles desastres naturales.
El Perú, al estar ubicado en una zona altamente sísmica, sufre constantemente movimientos telúricos de diversa magnitud, por lo que Indeci ha recomendado a la población tomar las medidas preventivas necesarias para mitigar los efectos de un desastre natural.
Es por ello que se recomienda contar con un ‘combo de supervivencia’, que consiste en una mochila de emergencia y una caja de reservas, que toda familia debe tener a la mano para afrontar las dificultades propias de un fuerte temblor o una catástrofe natural no prevista.